Déjenme que les cuente una historia, que es muy corta, ya verán. De don Pedro Gómez Aparicio, periodista que alcanzó las más altas cotas de reconocimiento y de oficialismo en la España franquista -es decir, que lo reconocía el régimen, con gran orgullo, como uno de los suyos. De don Pedro decían sus críticos, con crueldad elegantísima, que la gente creía que se llamaba Pedrogo, porque cuando Radio Nacional daba paso al comentario de actualidad internacional que él firmaba, los oyentes, espantados, apagaban con tal agilidad el transistor.
Según Miguel Ángel Aguilar, lo más entretenido de Gómez Aparicio era la ferocidad con que lanzaba advertencias, desde la Hoja del lunes en Madrid, al Ejército de los Estados Unidos: "Advierto, por última vez, al Pentágono de que no siga por ese camino". Andrés Aberasturi, que también lo recuerda, da una versión un poco distinta: a quien amonestaba Aparicio era al presidente estadounidense en persona: "Advierto por segunda y última vez al presidente Truman de que mantener esa política exterior llevará a su nación al abismo".
Cosas así. Como dándose gran importancia. El riesgo, naturalmente, era que sus lectores más contumaces comprobaran cómo a cada uno de sus ultimátums le seguía la nada. Ni caso en Washington. Valiente prueba de que su influencia era ninguna.
Casos recientes de esta misma predisposición a probar de manera fehaciente lo poco que influyes han sido, por ejemplo, la enésima exigencia de Feijóo para que Sánchez convoque ya elecciones -no las ha convocado-; la vibrante apelación de Yolanda Díaz a la movilización popular contra el Tribunal Supremo y en defensa de la Democracia -no se ha movilizado ni el tato-; o los editoriales de periódicos muy serios advirtiendo por última vez a los jueces de que hicieran el favor de absolver al fiscal general so pena de tener que afrontar diez o doce editoriales más de los mismos medios. En fin, cada uno elige las batallas que quiere perder.
En un ejercicio de prudencia que no está siendo suficientemente valorado, el presidente de R-T-V-E ha elegido perder Eurovisión medio año antes de que se celebre el concurso. Dices: para perder en mayo en el escenario, como le pasa siempre, pierde en diciembre en los despachos y así se evita el mal trago de los few points, quelque puá, muy pocos puntos.
- España no participará este año en Eurovisión primero, porque España como tal no ha participado nunca. Quien participa es la televisión oficial en representación de sí misma. Esta confusión entre España y su televisión oficial la cultivó con fervor el régimen que la fundó, o sea Franco (ya que estamos en el cincuentenario); y la devoción de la televisión oficial por este concurso de canción ligera también empezó entonces, como sabe Massiel, que tiene dicho que ganar Eurovisión arruinó su carrera.
- Y Televisión Española no participará este año en Eurovisión porque su campaña en la UER para lograr que se expulsara del concurso a Israel, advirtiendo de que boicotearía el concurso si no prosperaba su demanda ha fracasado. José Pablo, few points. La posición mayoritaria de las demás televisiones públicas ha sido que la televisión israelí debe participar. Y si TVE, de la que tanto se ha recordado que era una de las cinco grandes, las cinco con más peso, no quiere estar, pues chico, que no esté. Como prueba de peso y de influencia en la UER, un poco a lo Gómez Aparicio, sí que sirve.
Coherencia tiene la decisión: amenazabas con no cantar, y no cantas. Pero dado el callo que tiene la televisión oficial en perder este concurso, podía esperarse que encajara la derrota con más deportividad. Pensamos que la televisión israelí es propaganda de su gobierno opresor, los demás piensan que no lo es, pues aceptamos la derrota y hasta otro año.
Coherencia tiene la decisión: amenazabas con no cantar, y no cantas
Pero ha reaccionado el presidente de RTVE desacreditando al festival, que ahora dice que no es un concurso de canciones sino un escaparate dominado por intereses geopolíticos. Hombre, a poco que siguiera el festival en tiempos de Uribarri ya lo sabría, ¿no? ¿Por qué Portugal nos votaba a nosotros? Por vecindad. ¿Por qué Alemania votaba a Austria?
Por lo mismo. Si acaso, denunciar presiones políticas cuando has hecho bandera de Eurovisión-sin-Israel en sintonía, y con el aliento, del Gobierno que creyó encontrar en Gaza la palanca que movilizara a su electorado durmiente es un número de ilusionismo encomiable. Y ayuda poco a ese gobierno que te alienta. Si es un juego de intereses geopolíticos y has perdido, a ver si es que tu gobierno, de nuevo a lo Gómez Aparicio, ha hecho visible otra vez su falta de peso y de influencia.
Sumar postureando
El concurso de canción ligera en el que compiten cada día gobierno y oposición alcanzó ayer nuevas cotas de perplejidad con la actuación de la intérprete gallega Yolanda Díaz. Un poema de autor saharaui al que puso su voz la intérprete Yolanda Díaz el mismo día que quien dirige la orquesta, o sea el maestro Sánchez, agasajaba al gobierno marroquí en Madrid y bendecía el plan de Mohamed para quedarse con el Sáhara.
Obsérvese el desliz de la vicepresidenta dos: les dice a sus followers "hoy se celebra en Madrid una reunión de alto nivel". Ay, se saltó un par de palabras: lo que se celebra es una reunión de alto nivel entre dos gobiernos, el de Marruecos, feliz de que salga adelante su apropiación del Sáhara, y este otro gobierno del que ella es la tercera en la jerarquía, vicepresidenta segunda del Gobierno de España.
Quien se reunió ayer con el gobierno de Marruecos fue el Gobierno de España, con opacidad plena, dejando fuera a la prensa, es el gobierno de Sumar y de Yolanda Díaz. Tan comprometida estás con el Sáhara y los saharauis que tu gobierno hace manitas con Mohamed VI para que se lo quede y tú, por supuesto, ni te planteas salirte del gobierno. Llueve sobre mojado. Sumar postureando pero, en verdad, tragando. La historia de esta marca política durante toda la legislatura.
Sánchez se viste con un traje autonómico
Pedro Sánchez incumplió ayer una de sus obligaciones como presidente, que es informar a la opinión pública y rendir cuentas de una reunión como esta, pero se entregó con entusiasmo a la tarea de la propaganda de partido. Cada uno elige sus prioridades. Se personó el presidente en Plasencia para dar su primer concierto de campaña con el candidato procesado Miguel Ángel Gallardo.
En rigor, debería dar él todos los mítines como líder que es de la oposición a cada uno de los gobiernos autonómicos del PP. Sánchez y su vestidor de trajes regionales. Líder de la opsición a Guardiola, a Moreno, a Ayuso, sobre todo. Se llevó a Extremadura el fantasma de Ayuso a ver si así recupera los votos que, a decir de las encuestas, su partido ha ido perdiendo los dos últimos años. Entonó el presidente estos estribillos proféticos que nadie se cree…la bolita de cristal de los mitineros en campaña. Van a ganar todos. Y dio el presidente este argumento tan elaborado que habrá llenado de orgullo a Gallardo.
Debería dar Sánchez todos los mítines
No es por ti, Gallardo, no porque tú gobiernes, es porque pierda la derecha. Con razón dice que él, ante todo, es secretario general del PSOE. Ante todo significa que primero es líder de partido (y partidista) y luego ya, presidente del gobierno de los españoles.
Bien es verdad que siendo, sobre todo, secretario general del PSOE ya podía haber estado más atento a las denuncias que hicieron hace ¡seis meses! militantes de su partido, que además habían trabajado en la Moncloa, respecto de ese otro gran desconocido que ha resultado ser Paco Salazar.
El secretario general no se ocupó del asunto. El secretario general, en seis meses, no preguntó cómo iba la investigación del asunto. El secretario general, seis meses después, sigue mudo sobre el caso y sobre su antiguo hombre de confianza, Paco Salazar, 'todos los señoros del presidente'. El secretario general, entregado al mitineo, no se ha dado por enterado de lo que ayer le reclamó su anterior vicesecretaria general, Adriana apartada de Ferraz Lastra.
De momento, ni denuncia a la fiscalía, ni conclusiones de la investigación, ni nada. Leo este párrafo de la crónica que publicó El País: "Dirigentes de varias federaciones socialistas creen que la demora en la reacción del PSOE se debe a la cercanía de la secretaria de organización Rebeca Torró y sus dos adjuntos, Anabel Mateos y Borja Cabezón, con Paco Salazar. Traduzco: que han puesto a proteger el rebaño a los amigos del lobo.

