LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "¿De verdad el presidente no sabía nada?"

Marta García Aller analiza la rueda de prensa ofrecida por Pedro Sánchez luego de hacerse público el informe de la UCO que incrimina a Santos Cerdán con varios casos de corrupción y provocó su dimisión.

Marta García Aller

Madrid |

El presidente está decepcionado. Pobre presidente. El presidente salió ayer a pedirnos perdón y consuelo. Más que explicaciones, quería dar pena. Se mostró muy compungido, demasiado, tras conocerse detalles del mayor caso de corrupción que ha forzado la dimisión de su secretario de Organización. Y van dos.

El PSOE, en shock tras el informe de la UCO que retrata a Santos Cerdán como responsable de amaños de contratos públicos para trincar mordidas y hasta del posible amaño de las primarias que ganó Sánchez a Madina en 2014. Por la mañana, al llegar al Congreso, Cerdán no recordaba nada. Luego se puso a leer, desde su escaño, el informe de la Guardia Civil que lo acusa de estar en el ajo con Ábalos y Koldo. Debió de refrescarle la memoria y, por la tarde, dimitió.

"No debimos confiar en él", dijo Sánchez, utilizando un sospechoso plural mayestático con el que reparte culpas de lo que es responsabilidad suya. Hace seis meses ratificó a Santos Cerdán como secretario de Organización, a pesar de ser la persona que llevó a Koldo al partido. A pesar de las sospechas.

¿De verdad el presidente no sabía nada? Eso dice. Hasta ayer también decía que Santos Cerdán era inocente y acusaba de fango a todo el que advirtiera de lo contrario. Ahora se siente engañado. Pues anda, que nosotros. Sánchez anuncia una investigación exhaustiva. También la anunció hace un año cuando saltó el caso Ábalos. Muy exhaustiva no sería. ¿Una auditoría? ¿En serio? ¿Como esa que hizo el ministro Óscar Puente riéndose del ‘papeluco’ de Aldama?

Además de Santos Cerdán, ayer al presidente le dimitió el argumentario. Se acabó el mantra de que todo es una conspiración, que el Gobierno es un ser de luz víctima de la persecución judicial y mediática. O Sánchez ha estado profundamente desinformado, ciego, o estaba ocultándolo todo. O inútil o cómplice. Porque para que una trama de corrupción como esta funcione, además de corruptos, hace falta mucha gente mirando para otro lado. Sobre todo uno.

¿Moraleja?

El presidente pidió disculpas cabizbajo, para hacerse la víctima hay que tener cuajo