Son tantos los ministros de este Gobierno que primero defienden una cosa y luego la contraria que es difícil saber cuándo se trata de un error, de una mentira o simplemente de un estilo a la hora de gobernar.
El ministro Escrivá negó en estos mismos micrófonos el año pasado, y de forma vehemente, que el Gobierno fuera a ampliar el cómputo de años para calcular las pensiones. Ni ha existido ni va a existir, creo que dijo literalmente. Pues al final resulta que sí, que el ministro propone ampliar de 25 a 30 años de carrera laboral.
No es necesariamente una mala noticia. O no para todos. Podría beneficiar a aquellas personas que hayan tenido una carrera más inestable y hayan estado en paro en los últimos años, aunque reduciría la pensión de las carreras más estables, los que empezaron cobrando poco y han ido mejorando su salario. Es decir, podría suponer un aumento de la pensiones más bajas y una reducción de las más altas.
La idea la rechazan tanto los socios de Gobierno como patronal y sindicatos. No puede culpárseles de no verlo con buenos ojos si hasta el propio ministro de declaraba en contra de hacer algo así hasta no hace tanto. En Podemos no se creen los cálculos del Ministerio cuando dice que no supondrá un recorte en el gato en pensiones. Esperemos con la Comisión Europea pase lo contrario y sí que se lo crean, porque el Gobierno le ha prometido a Bruselas precisamente hacer reformas que avancen en la sostenibilidad.
Este Gobierno ha blindado el poder adquisitivo de todos los pensionistas para que no pierdan poder adquisitivo con la inflación. Revalorizará todas las pensiones el año que viene. Todas. Los de quienes cobran la pensión mínima y los de 3000 euros al mes. Una garantía, una seguridad, que contrasta con esta incertidumbre cada vez mayor para los futuros pensionistas, que no solo desconocen la cuantía de la pensión sino cómo se va a calcular en el futuro. Parche tras parche, siguen jubilándose ministros sin que lleguen nuevos acuerdos que garanticen la viabilidad del sistema a largo plazo.
¿Moraleja?
Si el ministro defiende una cosa y la contraria, además de la Seguridad Social, la credibilidad acaba siendo deficitaria.