LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "No será uno de los delitos de este caso de corrupción, pero irse de putas es, sobre todo, explotación"

Marta García Aller reflexiona sobre la trama de corrupción encabezada por el diputado del PSOE, Juan Bernardo Fuente Curbelo, quien destaca por convertir al Congreso en uno de los escenarios de la trama a donde llevaba a empresarios antes de irse de putas.

Marta García Aller

Madrid | 23.02.2023 08:06

Además de puteros, además de presuntos corruptos, indiscretos. Muy indiscretos. De la trama corrupta encabezada por el diputado del PSOE en el Congreso, Juan Bernardo Fuentes Curbelo, exdiputado ya, el sumario del caso acumula miles de mensajes, audios y fotos que ilustran el modus operandi de esta presunta organización criminal. Hay fotos suyas en prostíbulos, en restaurantes, en las habitaciones con las mujeres prostituidas y hasta en el Congreso de los Diputados. Cuenta El Confidencial, que ha tenido acceso al sumario, que el Congreso era uno de los escenarios de la trama porque allí llevaban a los empresarios canarios para impresionarlos, antes de llevárselos de putas.

Qué mejor que hacerse una foto donde se legislan los derechos de los españoles y las españolas antes de hacerse otro selfie en el prostíbulo para celebrarlo. Antes de irse a explotar sexualmente a las personas que muy probablemente han perdido muchos de sus derechos víctimas de una organización de trata de personas. Porque cerca del 90% de las mujeres prostuidas en España son víctimas de trata o explotación sexual.

El PSOE impulsó en el Congreso una reforma abolicionista de la prostitución, de la que el imputado Fuentes Curbelo votó a favor cuando era diputado, seguramente antes o después de irse de putas otra vez. Ayer la jueza lo puso en libertad provisional acusado de cohecho, falsedad documental, blanqueo, tráfico influencias y pertenencia a organización criminal. De putero no lo acusa porque eso no es delito en España, aunque Curbelo votara a favor del trámite para que lo fuera.

La manera de agasajarse junto con las comisiones y los regalos a políticos a cambio de favores a empresarios era llevárselos a todos de putas. Bueno, a todos no. A uno de los empresarios lo llamaban el Curita porque no le gustaban las prostitutas.

Cómo de frecuente tiene que ser en este país cerrar tratos en un prostíbulo para que el apodo se lo pongan al que prefiere abstenerse. A esta trama la llaman operación Mediador, pero podrían llamarla Operación Puteros, porque según una de las grabaciones presumían de que lo único que sabían “era follar”. Pagando, claro.

¿Moraleja?

No será uno de los delitos de este caso de corrupción, pero irse de putas no es solo un regalo, es, sobre todo, explotación.