El Premio Nacional de Teatro, el Premio Gaudí, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, un Premio Goya y pronto también el Premio Corral de Comedias del Festival de Almagro. Todos estos galardones son los que acumula Julieta Serrano tras una carrera de éxitos y reconocimientos. Todos ellos los ha engrandecido la actriz, nuestra invitada de hoy, con su nombre.
En una entrevista con Inmaculada Martín para el ABC semanal en 1978, Julieta bromeó con que no había hablado hasta los cuarenta años, por su carácter tímido cuando era joven. Sin embargo, a la pequeña Julieta siempre le gustó hacer teatro y fue ahí donde realmente se abría. "Todo el mundo se quedaba sorprendido, no podían creer que yo saliera a un escenario, pero ése era mi mundo, mi espacio", explica Julieta.
"Ya me retirará la vida de los escenarios"
Después de toda una vida subida a los escenarios, recuerda que cuando cumplió 60 años sobre las tablas pensó en retirarse, "pero luego dije: para qué me voy a retirar si me siguen ofreciendo trabajo" y, por ello, decidió que "ya le retiraría la vida". Julieta defiende que le gusta seguir trabajando y poder estudiar los guiones porque le hace sentirse activa. Además, cuenta que a sus 88 años, por dentro siente que sigue teniendo 40 años.
Su paso por el cine y el teatro
En 1978, Julieta sólo había hecho dos películas 'Mi querida señorita' y 'El amor del capitán Brando'. A Inmaculada Martín le dijo en aquella misma entrevista: "Yo creo que no hay cine para mí. El tipo de cine al que yo puedo tener acceso está naciendo en España". Ahora, explica que cuando hizo 'Mi querida señorita' todo el mundo el auguró una carrera fantástica, pero eso no fue así, "mi carrera en el cine ha sido a trancas y barrancas". De esa época coloquialmente llamada del "landismo", por Alfredo Landa, Julieta cuenta que "los hombres estaban todos salidos y las mujeres todas reprimidas".
Para Julieta, la base para ser un buen actor o actriz se halla en "ser real, ser sincero, ser bueno". El teatro, al contrario que el cine, tiene la cualidad de ser efímero porque "un día estás estupendamente y otro puedes tener un mal día". Lo bueno del teatro es que, si un día sale mal, siempre se puede decir: "Mañana lo haré bien, mañana conseguiré eso que quiero lograr", explica Julieta. El cine, por su parte, está muy sujeto a la voluntad del director, tiene más popularidad, lo ve más gente "y si triunfas en el cine puedes alcanzar mucha fama". Julieta también ha tenido una estrecha relación con el mundo de la radio, pues trabajó en Radio España de Barcelona, que lo compaginaba con su trabajo en el Taller de Esmaltes. En la radio le ofrecieron un contrato fijo, pero como ganaba muy poco dinero y no se podía permitir trabajar únicamente de ello, y decidió rechazarlo.
