Se conoce como “el último teorema de Fermat” porque la ecuación fue planteada originalmente en 1637 por otro matemático, francés, llamado Pierre Fermat.
Wiles, de 62 años, se fascinó con este problema cuando sólo tenía 10 y crecía feliz en Cambridge (Inglaterra). Después de encontrar una copia del mismo en una biblioteca local. Desde ese mismo momento supo que no lo dejaría escapar hasta resolverlo.
Pasaron los años y Andrew siguió dándole vueltas en su cabeza y en miles de folios y pizarras hasta que se dedicó durante 7 años a ello de manera secreta durante su estancia en la Universidad de Princetown. Y consiguió demostrarlo en 1994 al combinar tres campos matemáticos complejos: formas modulares, curvas elípticas y representaciones de Galois.
"Uno nunca olvida el momento en que tiene estos logros. Es por lo que uno vive. Los mejores momentos, cada uno de ellos, los tengo guardados en mi memoria", asegura en declaraciones a la CNN.
22 años después de su descubrimiento, este profesor de Oxford ha recibido el prestigioso galardón Abel Prize, que otorga la Academia Noruega de ciencias, que está dotado con 700.000 dólares y es considerado como el Nobel de Matemáticas.
"Fui muy afortunado no sólo por resolver el problema, sino por abrir la puerta a una nueva era en mi campo. Porque problemas que antes parecían inaccesibles, ahora han quedado al descubierto". Andrew Wiles recogerá su merecido galardón en una ceremonia el próximo mes de mayo.