EL MONÓLOGO DE LAS OCHO

El Monólogo de las Ocho: "Es un papa que habla de tender puentes y que menciona en primer lugar la paz"

Rafa Latorre reflexiona en La Brújula sobre el nombramiento del nuevo sumo pontífice de la Iglesia católica, León XIV.

ondacero.es

Madrid |

El humo blanco ha vuelto a brotar de la chimenea de la Capilla Sixtina, anunciando al mundo que la Iglesia Católica tiene un nuevo pontífice. A las 18:09, la Plaza de San Pedro estalló en júbilo al confirmarse que los cardenales reunidos en cónclave habían elegido al Papa número 267 de la historia. La sorpresa no se hizo esperar: el nuevo Papa es norteamericano, el cardenal Robert Francis Prevost, quien ha elegido el nombre de León XIV.

La elección se desarrolló dentro de los tiempos esperados para un cónclave moderno, con apenas cinco votaciones, lo que sugiere que no hubo grandes conflictos entre los cardenales electores. La fumata blanca llegó con puntualidad vaticana, precedida incluso por una escena insólita y emotiva: dos gaviotas alimentando a su polluelo junto a la chimenea, un símbolo de renovación que no pasó desapercibido para los miles de fieles congregados en la plaza.

Una de las primeras decisiones del nuevo Papa ha sido elegir el nombre de León XIV, una elección cargada de significado. El último pontífice con ese nombre fue León XIII, recordado por su encíclica Rerum Novarum, en la que la Iglesia abordó por primera vez los problemas sociales derivados del capitalismo industrial. León XIII marcó un giro en la doctrina social católica y abrió el camino a una Iglesia más comprometida con las realidades del mundo moderno.

El gesto de Prevost no es casual. Elegir ese nombre indica, según los analistas vaticanos, un deseo de proseguir la línea reformista y pastoral que impulsó Francisco, con una especial sensibilidad hacia los desafíos sociales y económicos contemporáneos. En palabras de uno de los comentaristas presentes en la cobertura del evento, “León XIII ayudó a la Iglesia a atender a un mundo que había cambiado. León XIV parece querer hacer lo mismo”.

La elección de Prevost como Papa marca un nuevo hito: es el primer pontífice estadounidense en la historia de la Iglesia. Nacido en Chicago en 1955, el nuevo Papa tiene 69 años y pertenece a la Orden de San Agustín. Antes de ser llamado a Roma, desempeñó una larga labor pastoral en Perú, como obispo de Chiclayo y posteriormente administrador apostólico del Callao. Su perfil es el de un hombre de Iglesia misionera, cercano a las comunidades y con una trayectoria marcada por el servicio y la formación.

En sus primeras palabras como Papa, pronunciadas desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, León XIV optó por un mensaje de paz: “La paz sea con tutti voi”, saludó en italiano con una dicción impecable, antes de añadir, también en español: “Un saludo a todos aquellos, y en modo particular a mi querida Diócesis de Chiclayo en el Perú”. Estas palabras subrayan su identidad misionera y su vinculación con América Latina, una región que conoce bien y a la que ha dedicado buena parte de su vida pastoral.

Otro de los gestos simbólicos del nuevo pontífice fue el atuendo con el que se presentó al mundo. A diferencia de su predecesor Francisco, quien optó por una indumentaria papal sobria, León XIV eligió los ornamentos tradicionales que recuerdan a los de Benedicto XVI, indicando así un retorno a una estética más clásica dentro del Vaticano. No obstante, quienes conocen su trayectoria subrayan que se trata de un hombre moderado, que no representa un giro conservador, sino una continuidad del camino reformador iniciado en 2013.

El protocolo seguido tras su elección no ha variado: tras aceptar el cargo y elegir su nuevo nombre, el Papa se retiró a la llamada “Sala de las Lágrimas”, donde se vistió con la sotana blanca por primera vez. Luego, regresó a la Capilla Sixtina para recibir la obediencia de los cardenales y presidir el canto del Te Deum, acto con el que concluyó oficialmente el cónclave.

León XIV ha dejado claras sus intenciones en sus primeras intervenciones: quiere una Iglesia abierta, misionera y en paz. “Tender puentes”, dijo uno de los comentaristas que analizaban el impacto de su elección. No es menor que haya optado por dirigirse en tres idiomas —italiano, español e inglés— en su primer mensaje, reflejo de una vocación universal que reconoce la diversidad cultural del catolicismo del siglo XXI.

La decisión del Colegio Cardenalicio de elegir a Prevost parece responder a la necesidad de una transición serena, pero firme, que afiance las reformas de su antecesor y que mantenga a la Iglesia conectada con los desafíos del mundo actual. El hecho de que provenga de una orden religiosa como la agustiniana —con un fuerte énfasis en la vida comunitaria, la interioridad y el pensamiento— añade un matiz interesante al perfil de quien guiará ahora a más de mil millones de católicos.

La Iglesia Católica inicia una nueva etapa bajo la guía de León XIV. Su elección ha sido recibida con esperanza y curiosidad, tanto dentro como fuera del mundo eclesial. El primer Papa estadounidense, agustino, con experiencia misionera en América Latina y sensibilidad social, parece estar bien posicionado para continuar el legado de Francisco, al tiempo que imprime su propio sello pastoral. En palabras del nuevo pontífice: “La paz sea con vos”. Un mensaje claro para un mundo que clama por reconciliación y esperanza.

Rafa Latorre monólogo