Madrid |
En esto de la ingesta hemos conocido los datos de consumo publicados por el Ministerio de Agricultura. Nos hemos hecho más carnívoros y regresamos al tradicional puchero. El consumo de carne aumenta más de un 16%, en especial la de vacuno, cerdo y pollo. También se eleva el consumo de lechugas, endivias, pimientos y cebollas.
Más de uno intenta compensar el chuletón con una buena ensalada. Pero sin duda, las estrellas de la cocina del confinamiento son las legumbres, un 61% más. Los platos de cuchara son los vencedores en esta crisis donde los bares y los restaurantes han sido los grandes perdedores. El comer fuera de casa es un lejano recuerdo y más de uno se ha aficionado al fogón. Para otros la cocina sigue siendo una pesadilla. Una pesadilla que también lo es para la economía.
El PIB de la zona euro ha retrocedido un 3,8% en el primer trimestre y la actividad alemana desciende un 2,2%, con lo cual entra en recesión técnica. Pero nada que ver con el desplome de la producción industrial de EEUU. Se hundió en abril más del 11%. Es el mayor derrumbe desde 1919, cuando todavía se olía la pólvora de la Primera Guerra Mundial y se fundaba la Organización Internacional del Trabajo que alerta del riesgo sobre el empleo. Será el que durante más tiempo note el castigo, como ha advertido el Presidente de la OIT, Guy Rider.
Y esto cuando todavía decenas de miles de trabajadores no han cobrado las prestaciones por desempleo o ERTE. Algunos trabajadores antes del cobrar del Estado van a volver a la oficina. Y es que esta crisis ha pillado a más de una Administración en mantillas. Europa ha puesto en marcha este viernes el Fondo para financiar los ERTE, España llamará a su puerta, mientras Calviño niega la necesidad de un rescate.