En economía, los informes de la OCDE no sé si son incunables, pero si que son influyentes.
La OCDE recorta las previsiones económicas para casi todo el mundo y para España, también.
Bueno, es cierto que nuestra economía sigue por encima de la europea, pero no es menos cierto que es la que más rápido se desacelera de los países más desarrollados, junto con la de Japón, este año creceremos un 2% y el año que viene cuatro décimas menos, 1'6.
La OCDE insiste en lo que ven otros, que la incertidumbre política genera dudas, dudas fiscales y de paso, la inversión pierde dinamismo. Lo más preocupante, a mi entender, es que el empleo no termina de bajar y en este país siempre tenemos problemas de paro.
No sé si ya era así en los tiempos de Garcia I y Ordoño II, el caso es que la OCDE afirma que el paro no bajará del 14% en España hasta 2021.
Lentos andares en el mercado laboral, mientras por estas tierras se retrasa también la llegada de los más modernos trenes, hasta también el 2021. A todo esto el déficit comercial sigue subiendo a pesar de que suben las exportaciones y los exportadores están molestos e indignados con el Gobierno porque dicen que no ha estado a la altura de las diatribas arancelarias del todopoderoso Donald Trump y lo que también preocupa es el automóvil.
Importante creador de riqueza en esta Castilla y León. Adelantábamos ayer los problemas de la SEAT por el incendio de uno de sus proveedores y Martorell cierra hasta el lunes.
Y preocupa también Continental se plantea cerrar fabricas y despedir gente, el temor se centra en la factoría de Rubí, con 700 trabajadores.
Todo esto y mucho más es lo que se ve desde el Viejo Reino de León.