La patronal internacional de la telefonía móvil, GSMA, ha decidido cancelar la edición de este año por el coronavirus y la anulación de numerosas empresas del sector. Una treintena habían anunciado ya su ausencia.
Y esto ocurre a la vez que se celebra en Amsterdam una feria similar. Con prácticamente las mismas compañías. Y allí, en los Países Bajos, no ha habido anulaciones. Incluso han acudido bastantes empresas y clientes asiáticos, en especial de China.
Hay trabajadores de estas multinacionales que no entienden que se cancele el Congreso de Barcelona y en cambio estén presentes en Amsterdam. La de Barcelona no es la única feria del planeta.
En Singapur está la feria aeronáutica, ha habido bajas, pero el encuentro sigue su vuelo. En Ginebra no va a derrapar el Salón del Automóvil, y eso que siempre hay una fuerte presencia oriental.
Tampoco se va a dejar de desfilar en París, en la Semana de la Moda, aunque no vengan representantes chinos. Así que se me acumulan algunas reflexiones.
Para empezar, no hay ni un solo caso de coronavirus en la Península. Así que pregunto: ¿Desde las autoridades y los organizadores se ha gestionado correctamente la información? ¿Ha habido una estrategia de crisis? ¿Ha influido la incertidumbre política de Cataluña? ¿Detrás del coronavirus se esconden otras dolencias y otras patologías geopoliticas? ¿Alguien se acuerda de la batalla del 5G de Estados Unidos contra China? ¿Estamos ante un conflicto de dominio tecnológico?
No lo sabemos. No sabemos si esto es algo más que el temor a una crisis sanitaria. Se esperaban más de 110.000 asistentes de 200 países. Y se estimaba un impacto económico de casi 500 millones de euros.
El caso es que la Ciudad Condal, Cataluña y España salen dañadas. Para más inri, el lema de este año era el de Conectividad Inteligente Ilimitada.