El Grupo de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), considerado como la tercera banda terrorista más sangrienta de Europa, asesinó a 93 personas en España. A modo de homenaje y recuerdo por las víctimas, La Brújula lleva su programa este lunes al Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo de Vitoria. Un programa en el que Lidia Ortega, de 45 años, cuenta cómo perdió a su padre cuando fue asesinado por los GRAPO cuando ella tenía solo 8 años.
"Tenía 8 años y no sabía ni siquiera que existía el terrorismo. Mi padre era un policía nacional, tenía 47 años y se supone que estaba en un destino algo más tranquilo", cuenta Ortega. "Mi familia lo que quiso es protegerme", recuerda.
"Yo estaba en el colegio, me recogieron y no me dijeron nada hasta que volvieron de enterrar a mi padre. Mi madre quedó devastada, ella no fue capaz de decirme que habían matado a mi padre. Lo que me dijo fue que lo habían disparado y que estaba muy grave, la que me lo dijo fue mi hermana, que entonces tenía 15 años".
Mantener vivo el recuerdo en la memoria
En la actualidad, lamenta Ortega, "hay un desconocimiento total y absoluto al respecto". Asegura que "se está olvidando todo lo que pasó; estamos perdiendo la memoria". Por ello, recuerda que el terrorismo es un asunto "muy peligroso" y que debemos "estar muy alerta" aunque pasen los años. "El asesino de mi padre está libre, salió cuando se derogó la doctrina Parot. Aquello fue como volver a revivirlo, porque aunque parecía que ya había pasado todo, fue un mazazo", apunta.
Ahora, la hija de esta víctima tiene claro que aunque duela recordar lo vivido, no va a permitir que quede en el olvido el dolor que vivió su familia y otras tantas en España. "No quiero dedicarle un minuto de mi vida ni al dolor ni al rencor. Lo que quiero es, aunque me duela revivirlo, utilizarlo para que no se olvide y que no se vuelva a repetir".
