Madrid |
Miró mucho el calendario, yo creo que incluso lo miró agobiado, el presidente del gobierno en funciones, y las fechas de diciembre se le convirtieron en un sudoku. Un día, porque el Tribunal de Justicia de la Unión Europea se iba a pronunciar sobre la inmunidad de Junqueras. Otro, día, porque un juez belga iba a decir algo de Puigdemont.
Después, porque para contar con la abstención de Esquerra, había que esperar a su congreso, que lo condicionaba todo desde el calendario. Cuando parecía que el pacto y la investidura se podían celebrar antes de la Navidad, Ábalos decía algo y la portavoz de Esquerra lo aplazaba todo a mediados de enero. Terciaba el ahora apaciguador Pablo Iglesias y decía que lo de menos eras tú, calendario, que lo importante era el acuerdo. Y cuando decíamos "si, Pablo", otra vez pendientes del calendario.
No sabemos lo que dirá el Supremo de Junqueras y su sentencia, pero sí sabemos que hablará sobre el 8 de enero. Este lunes hemos pasado el día desde primera hora haciendo cálculos a ver si hoy hablaba la Abogacía del Estado; que hable pronto, que el calendario se agota y hay que tener gobierno en diciembre.
Meritxell Batet, habilita el Congreso los días 28, 29 y 30 por si hay investidura. El 28 es día de Inocentes, señor Sánchez. No me importa; hay que ganar la batalla del calendario, no parezca que Esquerra Republicana nos marca la agenda política. ¿Y por qué no esperamos a Reyes? No, presidente, que los fachas van a decir que oscurecemos la Pascua Militar, no olvide que la preside el Rey. Todo es una lucha contigo, calendario. Primero, tú, y después todo lo demás. Aunque no sepamos de qué va.