Borgen es el nombre de una serie de 2010 que, a través del personaje Birgitte Nyborg, la primera mujer en convertirse en primera ministra de Dinamarca, narraba las interioridades de la política danesa y las dificultades de las mujeres en puestos políticos. Esta serie le ha servido a la periodista Nuria Varela para escribir "El síndrome Borgen", su nuevo libro.
El síndrome Borgen
Nuria Varela explica que es un término referido a la dificultad de las mujeres para mantenerse en un puesto de poder. "A mí me gusta cómo has explicado genial lo de utilizar la serie para explicar que en los últimos años, prácticamente cualquier mujer en las democracias occidentales puede llegar a cualquier puesto de poder, pero, sin embargo, muy pocas consiguen ejercer ese poder y son mucho menos las que consiguen mantenerse. Como la propia serie nos fue mostrando, son tantas las dificultades, debilidades y problemas de las mujeres en el poder que cada vez son menos. Y me gustaba reflexionar sobre ello porque el discurso oficial nos dice lo contrario; parece como si cada vez hubiese más mujeres en puestos de decisión y más empoderadas. Sin embargo, cuando miramos los indicadores, cada vez es más lo contrario", explica la escritora española.
Sobre si considera que la serie retrataba de forma realista alguno de los problemas a los que se enfrentan las mujeres cuando entran en política, Nuria Varela que comenta que sí, "yo creo que parece como si los guionistas tuvieran una bola de cristal, porque supieron leer muy bien la realidad en la que estábamos y ver cuál era esa situación en todo lo que van mostrando. Algunos cortes de los que habéis puesto, como cuando termina la primera temporada y la ministra ya está divorciada, ya su marido está cuestionándola todo el tiempo sobre a qué dedica su tiempo".
Nuria también critica la diferencia entre el precio que pagan las mujeres respecto a los hombres por estar en puestos de poder. "Los indicadores son clarísimos: estar en un puesto de decisión y tener una vida plena, en el sentido de poder decidir sobre tu familia, sobre tus hijos o hijas, parece que no es una realidad".
La presión de las mujeres en el panorama político
Nuria Varela explica que muchas mujeres tienen que dejar la política debido a la presión que tienen encima. "Son decenas y se repite el patrón, como el de la primera ministra. Casi todas se van sin ninguna crisis detrás, sin ningún gran problema; se van muy en silencio. Simplemente, dicen 'no puedo más' o 'estoy cansada'. Pero solo si miramos el año pasado, cuando empezó el año teníamos 36 mujeres jefas de gobierno y en septiembre solo quedaban 28. Teniendo en cuenta que nos costó desde la primera reclamación de voto a las mujeres hasta que tuvimos la primera presidenta en el mundo, tardamos 120 años. No deja de ser llamativo, y parece que efectivamente las dificultades son importantes, porque de enero a septiembre perder 8 mujeres al frente de los países, teniendo en cuenta las pocas que tenemos, es muy significativo".
La escritora española explicó que un caso muy significativo de esto es el de Sanna Mirella Marin, una política finlandesa que fue primera ministra de Finlandia. "Parece que esa es una característica: si tú quieres que alguien no ejerza mucho poder, parece que si esa persona es joven tienes más posibilidades. Casi todas las mujeres que llegan al poder iban batiendo récords de juventud, mientras que, como estamos viendo claramente, tenemos hombres francamente mayores al frente de los gobiernos".
"Entonces, es lógico que cuando tú tienes menos edad, tienes menos experiencia, pero además tienes menos red de relaciones, que es una de las características para poder ejercer el poder. Y luego, la otra característica es la falta de respeto. Es insólito que a la primera ministra se le pida un test de drogas por salir en unas imágenes de fiesta bailando, cuando por ejemplo en el caso de Boris Johnson con todas las fiestas en plena pandemia, o tantos otros personajes excéntricos realmente al frente de varios gobiernos, a nadie se le pasa por la cabeza hacerles una prueba de alcohol ni nada parecido", continuó diciendo.
"Sin embargo, a ella sí. Y otro caso paradigmático, al menos a mí me impresionó mucho, fue con la primera ministra inglesa Liz Truss, cuando un periódico tan serio como The Economist se atreve a jugar con la idea de ver quién tarda menos: ella en dejar el gobierno o una lechuga en pudrirse, llamándola 'lady lechuga'. Me parece que estas faltas de respeto son la punta del iceberg de lo que es todavía para las mujeres estar en puestos de poder. Parece que, estén donde estén, con el cargo que tengan, son mujeres por encima de todo", concluyó.