ondacero.es
Madrid | 17.09.2014 18:58
La últimas encuestas realizadas en Reino Unido dan un no a la independencia de Escocia, pero los resultados están muy igualados y cualquiera de los dos resultados podría darse. Nos preguntamos si es bueno o no tener dudas y sentirse confundido, en la política, desde luego, pero también en el amor y en la vida. ¿Es una actitud moralmente apropiada y socialmente constructiva? ¿Es bueno o posible que la duda, y no la decisión, dirija la acción política y social? ¿Dudar es bueno para pensar pero malo para actuar?
Fernando Iwasaki afirma que “dudar no es lo mismo que no decidir. La duda puede llevarte al conocimiento, puede hacerte aprender… pero en lo político, cuando hay un porcentaje de indecisos en el voto, es bueno, así los partidos no se apropian del porcentaje de una sociedad.
Pilar Rahola cree que, “en el papel de los indecisos están todo tipo de gente, los que les da igual y los que se lo quieren pensar hasta el último minuto, y eso es sano. Me parece que es mucho más importante tener preguntas que tener todas las respuestas. Los que no tienen preguntas, cuidado. En Escocia se habla no sólo de política, también es historia. Si un colectivo humano tiene dudas por pensarlo bien, es muy aceptable. No hay que ceder el voto como una religión, tiene que ser pensado. Ante el dogma, la duda”.
Elisa Beni opina que “no hay que confundir los estadios. Ante las realidades de la vida, hay que dudar, valorar y después decidir. El problema está en el tercer paso, el decidir o no decidir. Cuando llega el momento de tomar la decisión, uno no termina de hacerlo, por el miedo a equivocarse… y el miedo viene acompañado de la no libertad. La vida es una larga trayectoria de decisiones, unas más trascendentes que otras”.