Horas después de que se confirmara la compra de 15 millones de balas a una empresa israelí, que estuvo a punto de ser cancelada por el estallido de la guerra de Gaza, se ha visto afectada por la polémica en redes sociales y la presión de los socios del Gobierno Sumar e Izquierda Unida (IU), lo que ha provocado que el Gobierno haya decidido rescindir de forma unilateral el contrato "por razones de interés general".
La operación se hizo pública tras su publicación en la Plataforma de Contratación del Sector Público durante la Semana Santa, lo que generó un profundo malestar en el seno del Gobierno de coalición y duras críticas desde sus aliados izquierdistas, que reclamaron la dimisión del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, si no se revertía el acuerdo. Desde IU plantearon la posibilidad de salir del Consejo de Ministros si no se da marcha atrás en el plan de rearme de Sánchez.
"No basta ya con pedir explicaciones, nosotros nos posicionamos claramente en que ese camino y ese carril no lo vamos a recorrer", explicó el líder del grupo parlamentario, Antonio Maíllo, que ha acusado a los socialistas de abrir "la mayor crisis" dentro de la coalición.
Ante la presión política, el presidente Pedro Sánchez ha ordenado buscar una fórmula para rescindir el contrato de manera efectiva y cumplir así el compromiso de no comprar armas a Israel, intentando evitar el pago de indemnizaciones y el deterioro de la coalición de Gobierno. Por el momento, el Ejecutivo admite que la situación es compleja y que se están estudiando alternativas legales para revertir la operación, mientras la polémica sigue generando tensiones entre los socios del Gobierno y en la opinión pública.
El Ejecutivo había anunciado en octubre que iniciaba el proceso para cancelar el contrato, pero finalmente Interior justificó la formalización alegando que la Abogacía del Estado desaconsejó la rescisión, ya que implicaría abonar igualmente el importe sin recibir el material comprometido.
Además de intentar anular la compra de las balas, el Ejecutivo ha dictaminado que la empresa israelí Guardian Defense & Homeland Security S.A, que lleva más de 15 años trabajando en España, no podrá importar material al país porque su permiso ha sido denegado.
Posibles repercusiones y contradicciones sobre el 'Plan de Rearme'
La compra supuso en su momento un gasto de unos 6 millones de euros para la cartuchería 9x19 milímetros semiblanda NATO, utilizado en las pistolas llamadas “Ramon”, que fueron compradas en enero de 2023 por Interior a la misma compañía. El paso atrás del Gobierno en esta materia podría afectar en dos cuestiones si no se realiza de forma efectiva.
La primera consecuencia podría devenir en el pago de indemnizaciones millonarias hacia la compañía armamentística por el incumplimiento del contrato, lo que añadiría una polémica en torno a lo que esto supondría para los bolsillos de los españoles.
Otra posible implicación sería acerca de las armas que ya fueron adquiridas, puesto que ahora que la compra de balas ha sido revertida habría que buscar munición por otras vías y así evitar que la adquisición de esas armas hace dos años fuera en vano.
Después del anuncio de Pedro Sánchez del denominado como 'Plan de Rearme', la inversión en defensa se ha situado en el centro del debate político tras la confirmación por parte del presidente de que España alcanzará este mismo año el objetivo de destinar el 2% del PIB a Seguridad y Defensa, en línea con los compromisos adquiridos con la OTAN.
Este proyecto supondría una gasto de unos 10.470 millones de euros para invertir en el desarrollo y defensa de España, para mejorar material e infraestructuras de servicios de emergencia y el Ejército pero según Sánchez también sería en pos de conseguir que Europa y España "ganen en la autonomía estratégica y consolidar el excelente estado de la economía española".
La coincidencia entre el anuncio del plan de rearme de Sánchez y la rescisión de la compra de balas a Israel subraya los retos y contradicciones a los que se enfrenta España en su estrategia de seguridad, en un contexto internacional marcado por la guerra en Ucrania, la presión de la OTAN y la inestabilidad en Oriente Próximo.