Análisis: Moncloa accede y suspende el contrato con Israel

Izquierda Unida: sus balas no eran de fogueo

Eso apuntaba el líder de Izquierda Unida Antonio Maíllo y parece que Moncloa le ha hecho caso. El Gobierno rescinde el contrato con Israel de compra de munición. Porque la coalición ya lo advertía hoy mismo: "No vamos a ceder". Y ha dado resultado.

Ignacio Jarillo

Madrid |

Antonio Maíllo y Sira Rego
Antonio Maíllo y Sira Rego | Europa Press

Las palabras de Maíllo (Espejo Público, Antena3) sonaban a amenaza seria. A ultimatum dentro siempre de sus posibilidades. Y parecen surtir efecto al conocer que el Gobierno "tras haber agotado todas las vías negociadoras ha decidido rescindir de forma unilateral el contrato de compra de munición a la empresa israelí IMI Systems.

Lo que no ha peleado Sumar lo ha conseguido una de sus múltiples facciones que la integran. Porque la histórica coalición de Izquierda Unida tiene a una ministra -Sira Rego, titular de Juventud e Infancia, especialmente comprometida con Gaza y Palestina- en el Gobierno. Y su salida iba a provocar una crisis más que incómoda para Sánchez. Porque si no había solución a la crisis, la situación de la ministra Rego parecía insostenible ante el contrato de compra de balas israelíes por parte de España al gobierno de Netanyahu.

Crisis cerrada, al menos a fecha de hoy. Izquierda Unida sigue dentro de la otra coalición, Sumar, que a su vez se juega su futuro dentro de su propia coalición con el PSOE. Porque salir de ese laberinto de confluencias son palabras mayores. Nadie quiere romper la baraja para no dar oxígeno a la oposición pero aquí cada uno se juega su supervivencia. El PSOE, seguir en el gobierno. Sumar, seguir existiendo e Izquierda Unida, volver a ser algo en la vida política.

Romper el contrato o romper el gobierno

En el gobierno escuchaban con inquietud el mensaje del máximo dirigente de IU en Atresmedia. Y no era eso lo que querían oír. De ahí la solución inmediata y "sencilla" de la que hablaba el líder de la coalición y su portavoz en el Congreso Enrique Santiago: romper el contrato o romper el gobierno. Maíllo ha vuelto a poner pie en pared. Y su tono agrio ha dado resultado.

Porque no era tranquilizador para Moncloa escuchar alto y claro que "con el genocidio de Israel sobre la población de Palestina no se juega". Ni escuchar que "nosotros no vamos a pasar por ese aro". O que "en este momento esperamos que el gobierno cumpla con la palabra dada: no iba a haber ningún tipo de transacción comercial en materia de Defensa".

Las balas que lanza Maíllo no eran de fogueo

A despecho de lo que piense Yolanda Díaz, el líder de Izquierda Unida tomaba pues el mando del relato en esta crisis y le cantaba a Pedro Sánchez lo que no le canta Díaz: "El gobierno debe acostumbrarse a no tomar decisiones unilaterales". Y es que las balas que lanza Maíllo no son de fogueo como las de Yolanda Díaz y se disparaban sin esperar ordenes ni aprobación de la máxima dirigente de Sumar.

El líder izquierdista añade: "eso es algo que tiene que entender el PSOE porque no tiene mayoría absoluta ni es un gobierno monocolor. No puede funcionar la unilateralidad. Estamos hablando del incumplimiento explícito del Ministerio de Interior en la compra de armas a Israel. Y descubrimos que nos estaban mintiendo".

La formación de Maíllo gana así una batalla tan imprevista como grave a Moncloa: la ruptura del contrato de munición con Israel. A cambio, la paz política dentro de la coaliciones de coaliciones que forman un gobierno amenazado siempre desde Junts o Podemos. Esta vez las balas eran de verdad y no venían de fuera. Fuego amigo, el más peligroso. El que le pilla a uno desprevenido.