METEOROLOGÍA

Después de la sequía de verano: por qué las lluvias ahora pueden ser tan peligrosas

Tras uno de los veranos más calurosos desde que se tienen registros, septiembre amenaza con peligrosas lluvias torrenciales. Descubre aquí cuales pueden ser sus terribles consecuencias.

Erika Martín

Madrid | 13.09.2022 12:42

Después de la sequía de verano: por qué las lluvias ahora pueden ser tan peligrosas
Una mujer protegiéndose de la lluvia | EFE/Xoán Rey

Septiembre siempre ha sido un mes de transición, con días de gran inestabilidad meteorológica y una bajada generalizada de las temperaturas. Este mes comenzaba con la amenaza de Danielle, un huracán que se ha transformado en borrasca, lo que traerá fuertes tormentas los próximos días. El temporal afecta de lleno a España este martes, colocando a doce comunidades en alerta amarilla por lluvia, viento y tormentas.

El cambio climático es responsable de un aumento en las probabilidades de tormentas cada vez más virulentas y, con este aumento repentino de las precipitaciones, aumentan algunos fenómenos meteorológicos que desencadenan en catástrofes.

Las inundaciones, un problema socioeconómico

Las inundaciones son uno de los riesgos naturales más frecuentes que ocurren en el planeta. Según indica la revista especializada National Geographic, muy pocos lugares están libres de sufrir un anegamiento. Además, datos del Consorcio de Compensación de Seguros y el Instituto Geológico y Minero de España señalan que a las inundaciones como el fenómeno natural con mayor impacto socioeconómico en el país.

Sus causas son variadas, aunque todo parece apuntar que el calentamiento global está aumentando el riesgo de padecerlas, especialmente en zonas costeras y bajas. Este aumento de las temperaturas contribuye a que fenómenos como los huracanes prevalezcan y dejen lluvias torrenciales a su paso.

Otras causas humanas pueden ser la acumulación de sedimentos, una fusión de nieves en altas montañas, la destrucción forestal o los tsunamis, tal y como explican desde el portal Ecología Verde. Además, el ser humano puede favorecer la creación de las inundaciones a través de la deforestación, las canalizaciones de agua, la construcción de ciudades cercanas a fuentes de agua, las rupturas de presas o diques y los vertidos tóxicos.

Las consecuencias pueden resultar devastadoras. Las inundaciones provocan la pérdida de bienes materiales, por lo que se necesita una gran cantidad de dinero para reparar los daños causados. También influye en cosechas y otras fuentes de alimentación, afectando no solo a la tierra, si no que también ensucia el agua potable propagando contaminación. Por lo tanto, pueden tener un gran efecto en la salud de las personas, aumentando el riesgo de contraer enfermedades de transmisión fecal-oral y patógenos como la malaria o la cólera.

¿Por qué las lluvias generan inundaciones?

El Centro de Hidrología y Ecología de Reino Unido explica que las altas temperaturas han cocido los suelos, dejándolos duros y con muy poca humedad, por lo que en caso de caer fuertes precipitaciones a gran velocidad el suelo no puede absorber esta cantidad de agua lo suficientemente rápido. En condiciones normales, el agua de lluvia puede penetrar el suelo sin ningún tipo de problema, pero en época de sequías el suelo compactado evita que se infiltre. El agua se acumulará entonces en la superficie y, en caso de que ocurra en una superficie en cuesta, podría causar inundaciones de las zonas más bajas.

John Quinton, científico especializado en suelos de la Universidad de Lancaster, ha explicado al medio británico BBC que uno de los principales efectos que la sequía tiene en el suelo es la hidrofobicidad. La tierra repele el agua, impidiendo su entrada a través de una capa impermeable. La vegetación que suele cubrir las zonas verdes protege el suelo de las lluvias intensas, descomponiendo las gotas en fragmentos más pequeños, mientras que en un terreno árido estas dañan directamente la estructura del suelo impidiendo la correcta infiltración del agua.

Estas han sido las mayores inundaciones ocurridas en España

Los avisos por fuertes lluvias de los próximos días han hecho que la Agencia de Seguridad y Emergencias de la Comunidad de Madrid (ASEM 112) active la fase de preemergencia perteneciente al Plan Especial de Protección Civil ante el Riesgo de Inundaciones en la Comunidad de Madrid (INUNCAM).

Hasta el momento, en la capital se han realizado 110 intervenciones desde esta medianoche debido al viento y las precipitaciones, que han causado la obstrucción de la vía pública con la caída de ramas. En general, España ha sufrido algunas inundaciones con grandes efectos económicos y sociales los últimos años. El portal eltiempo.es ha señalado algunas de las más graves ocurridos a lo largo de los años en el país.

La riada de San Policarpo

Ocurrió el día 26 de enero de 1626, cuando el río Tormes se desbordó a su paso por Salamanca. Creció debido a las intensas precipitaciones y a la fusión de las nieves en las sierras de Béjar y Gredos, obligando al Puente Romano de la ciudad a actuar como presa, que acabó perdiendo diez de sus arcos. No solo dejó daños materiales, ya que también sesgó 142 vidas.

La riada de Santa Teresa

El 14 de octubre del año 1879 Murcia y Orihuela se vieron afectados por una gran inundación. Las fuertes lluvias caídas sobre la cabecera del Gaudaletín tras un periodo de sequía causó que los caudales del Segura y sus afluentes aumentaran de manera muy brusca. La ciudad de Murcia quedó casi totalmente inundada, mientras que en Orihuela se registraron 2.80 metros de altura de agua en algunas de sus calles. Fallecieron 179 personas y 13.769 cabezas de ganado.

La riada del Vallés

Unas fuertes precipitaciones dejaron hasta 250 l/m2 sobre la comarca del Vallés Occidental, Vallés Oriental, Bajo Llobregat y Maresme el día 25 de septiembre de 1962. El caudal de los ríos Llobregat, Besós y sus afluentes crecieron y causaron inundaciones que acabaron con más de 800 víctimas mortales en varias localidades.

La riada de Tenerife

Una de las inundaciones más conocidas ocurrió en la isla de Tenerife el 31 de marzo de 2002. Este fenómeno de gota fría dejó la mayor cantidad de agua recogida en la ciudad en un solo día, 232.6 l/m2, desde el inicio de los registros el año 1869. Causó la muerte de ocho personas, dejó doce desaparecidos y decenas de heridos. Las pérdidas económicas fueron de cerca de 90 millones de euros.

Las inundaciones en el Levante

Las más recientes, ocurrieron entre el 16 y el 19 de diciembre de 2016 en la zona sureste de la península. Afectó a Comunidad Valenciana, Murcia, Almería y Baleares dejando cinco muertos y grandes cantidades de lluvia recogida, llegando a estar por encima de los 600 l/m2 en algunos puntos.