El ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, explicó al término del encuentro que uno de los problemas que impidió el acuerdo es que había una serie de países que tenían problemas con el carácter obligatorio del mecanismo de reparto.
Fuentes comunitarias indicaron que los que se opusieron fueron República Checa, Eslovaquia, Polonia, Hungría y Letonia, y apuntaron a que el anuncio por parte de Francia y Alemania de un acuerdo político antes del fin de la reunión no ayudó a conciliar las posiciones de los países.
Fernández Díaz descartó que el fracaso de hoy vaya impulsar la convocatoria de una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, y dijo que se volverá a la cuestión en la reunión del próximo 8 de octubre en Luxemburgo.
El ministro de Interior de Luxemburgo, Jean Asselborn, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, explicó al término del Consejo que "a veces estas reuniones acaban con conclusiones de los países y otras de la Presidencia, y en este caso se trata de conclusiones de la Presidencia".
Asselborn dijo que "aunque estemos en una situación de urgencia hay que seguir los procedimientos y consultar al Parlamento" en referencia al proceso de aprobación del reparto de los 120.000 refugiados.
Asimismo recordó que en paralelo los ministros aprobaron formalmente su acuerdo de julio para la reubicación de 40.000 personas en los próximos dos años, y precisó que la medida podrá entrar en vigor mañana, por lo que los traslados de refugiados podrán empezar rápido, y esto envía "un mensaje fuerte".
También explicó que se avanzará hacia una lista de países de origen seguros, en la que por el momento no estará incluida Turquía, como había propuesto la Comisión.