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Madrid | 14.12.2017 10:53
En el caso concreto de España, el estudio concluye también que el 50% más pobre poseía sólo 7% de la riqueza nacional, con un patrimonio medio ligeramente superior a los 18.900 euros. Estos datos, según el análisis, ponen de manifiesto que las proporciones relativas de riqueza personal prácticamente no han sufrido cambios a lo largo de los últimos 30 años.
En cuanto a los datos mundiales, desde 1980 el 1% más rico de la población mundial ha acumulado el doble que el 50% más pobre, o lo que es lo mismo, el 27% de todos los nuevos ingresos generados en el mundo fueron a parar al 1% más rico, mientras que el 50% más pobre de la población mundial únicamente acumuló el 13% del crecimiento total.
En términos numéricos, el 1% más rico representa actualmente a 75 millones de individuos, mientras que el 50% más pobre equivale a 3.700 millones. La población entre medias de estos dos extremos, en su mayoría compuesta por personas con ingresos medios y bajos en Norteamérica y Europa, ha experimentado una tasa de crecimiento de los ingresos muy baja o incluso nula.
Desde 1980 la desigualdad de ingresos entre los individuos también ha aumentado considerablemente desde 1980. En el caso concreto de China y Rusia, el 1% más rico duplicó su patrimonio entre 1995 y 2015, desde el 15% al 30% y desde el 22% al 43%, respectivamente.
Los coordinadores del estudio (los economistas Thomas Piketty, Facundo Alvaredo, Lucas Chancel, Emmanuel Sáenz y Gabriel Zucman) advierten de que la desigualdad de riqueza a nivel global continuará aumentando si los países siguen en la misma trayectoria que mantienen desde 1980, a pesar del importante crecimiento de los países emergentes.
Así, en el año 2050, la proporción de la riqueza global acumulada por el 0,1% de los individuos más ricos del mundo, es decir, 7,5 millones de personas en cifras actuales, será igual a la de la clase media, que englobará a 3.000 millones de personas.
No obstante, los autores del estudio aseguran que el aumento de la desigualdad global no constituye un futuro inevitable, y limitarlo tendría un impacto enorme sobre la erradicación de la pobreza mundial. De esta forma, afirman que si todos los países siguieran la misma tendencia que Europa desde 1980, los ingresos del 50% menos favorecido de la población mundial podrían aumentar desde 3.100 euros en 2017 a 9.100 en 2050. Alternativamente, si los países siguiesen la tendencia de Estados Unidos, los ingresos de dicho 50% aumentarían únicamente hasta 4.500 euros en torno a ese año.
Las cifras presentadas en el informe combinan todas las fuentes disponibles de datos económicos mundiales, incluyendo encuestas de hogares, comprobantes fiscales e información nacional sobre ingresos y riqueza, incluyendo información sobre patrimonio en el extranjero. Así, el estudio se sustenta en el análisis de más de 175 millones de datos sobre desigualdad.