Se va el más grande. El más grande de la historia de los JJOO. El hombre que, más que un hombre, parecía un pez. Un tiburón, un tiburón de Baltimore. El atleta con más medallas, el hombre que ha batido todos los récords en agua. Un mito, que ha dejado de ser mito para ser leyenda, para tener su nombre en todos los registros que sus predecesores mirarán como el listón a superar. Se va Michael Phelps.
Y se va a lo grande, logrando su trofeo favorito. Consiguiendo una medalla de oro, otra medalla de oro. En esta ocasión fue en los 4x100 metros estilos de natación, donde fue indispensable para la consecución de dicho metal para EEUU. Porque hasta que él entró al agua Japón y Australia amenazaban la supremacía norteamericana, pero, en cuanto Phelps se introdujo en su mundo, en su elemento, tanto una como otra quedaron atrás, muy atrás.
Otra medalla para Phelps, otra más. Y van 22, siendo 18 de ellas de oro, dos de plata y otras dos de bronce. Porque desde que empezó a competir en unos JJOO, desde aquel lejano año 2000 en Sidney cuanto tan sólo contaba con 15 años, tenía en su mente hacer historia, ser leyenda. Y vaya si lo ha conseguido desde que se colgara su primer metal en Atenas 2004. A partir de ahí, a sumar.
A sumar bronces, platas y oros, sobre todo oros. Oros para poder batir al mítico Mark Spitz, que consiguió siete metales dorados en unos mismos Juegos, siendo el máximo exponente en cuanto a primeros puestos en unos JJOO... hasta que llegó Phelps a Pekín en 2008 y se colgó la preciada medalla aúrea en ocho ocasiones, estableciendo una marca que parece imposible de superar a día de hoy.
También parecía imposible superar los 18 metales que la gimnasta Larysa Latinina había conseguido en toda su carrera en los JJOO. Pero para el 'tiburón de Baltimore' esa palabra no existe y, tras un comienzo titubeante en Londres, no solo igualó la marca de la ucraniana, sino que la pulverizó, como también pulverizó los 37 récords del mundo que batió, y estableció el nuevo ranking de los atletas con más medallas escribiendo su nombre en primer lugar con un total de 22 metales.
Phelps: "Creo que es hora de irse a hacer otra cosa con mi vida"
Michael ya ha cumplido, y es que aunque él mismo reconoce que podría haber seguido, prefiere irse por la puerta grande: "no quería nadar con 30 años. Yo quería ir hacia adelante. Podría haber aguantado tres años, pero habría significado continuar para llegar a Río de Janeiro. Si quisiera, podría haber continuado. Pero estoy listo, creo que es hora de irse a hacer otra cosa con mi vida más que pasar cuatro horas al día en una piscina. Me imaginé que sería más duro tomar esta decisión".
El norteamericano desvela sus pasiones y qué le gustaría hacer a partir de ahora: "Siempre he querido viajar. Gracias a la natación he descubierto países maravillosos, pero nunca he podido disfrutar de ellos, ya que iba de la piscina al hotel. Iré a Europa, a Sudáfrica... regresaré a Australia. Voy a descansar, a cuidar de mi fundación para ayudar a que mi deporte crezca".
Aún así, Phelps sabe que deja tras de sí muchos años de su vida: "Son 20años de mi vida que terminan. No estoy muy seguro de mis sentimientos en este momento, pero no puedo terminar de mejor forma. En el podio me di cuenta de que ya me había retirado, de lo que había hecho. Sentía caer las lágrimas, he tratado de luchar contra eso, pero entonces decidí que fluyeran porque esos momentos no me sucederán de nuevo. Será parte de mis recuerdos".
Despedidas que resultaron ser hasta luegos
A pesar de que Michael Phelps repite una y otra vez que no tiene intención de volver a competir, no sería el primero, ni el último, que dice adiós a su deporte y que finalmente transforma ese adiós en un hasta pronto. No han sido pocas las leyendas deportivas que lo han hecho, unas leyendas que en algunos casos han conseguido mantener su nivel pero que en otros han estado a años luz de lo que fueron en su día.
Mismamente el gran Michael Schumacher, el heptacampeón del mundo de Fórmula 1, decidió volver a las pistas en las filas de Mercedes en 2010 tras su retirada en 2006 cuando corría para Ferrari. Su regreso levantó mucha expectación pero lo cierto es que tras dos años de vuelta al deporte que le hizo leyenda no ha cumplido con las expectativas y esta temporada es más fácil verle fuera de carrera por una retirada que luchando por podios.
No es el único Michael que volvió a su deporte. Un tal Jordan, Michael Jordan. Un hombre que hizo del baloncesto un arte, una forma de vida, de su vida. Un deportista legendario que formó parte del gran 'Dream Team' de Barcelona 92 y que dejó huella en los Chicago Bulls hasta que se retiró, se dedicó al beísbol, volvió a los Bulls, se retiró de nuevo, y regresó con el 23 a la espalda en las filas de los Washington Wizards.
Otro mítico deportista que hizo lo propio fue Lance Amstrong. Otro heptacampeón, en este caso del Tour de Francia, colgó la bicicleta en lo más alto para volverla a coger con la esperanza de conseguir su octavo entorchado en la ronda gala. Pero no contó con un Alberto Contador en plenitud de fuerzas y, a pesar de las luchas internas en su equipo por ver quién era el número uno del equipo, el de Pinto batió al estadounidense en el podio de los Campos Elíseos, quedando Alberto primero y Amstrong tercero.