Cáritas Regional de Extremadura ha puesto en marcha la campaña 'Doña diferente' con la que pretende sensibilizar sobre el derecho a la alimentación de todas las personas en situación de vulnerabilidad y pobreza y se apuesta por pasar progresivamente de la entrega de alimentos a estas personas a ofrecerles una ayuda económica para que puedan elegir los productos en su propia compra.
La ayuda económica permitiría que las familias organizasen su planificación y presupuesto, se evitaría el despilfarro y supondría un apoyo al comercio de proximidad, facilitando que las personas sean las protagonistas en la construcción de soluciones a sus propios problemas, fomentando el desarrollo personal y la corresponsabilidad.
La alimentación es una necesidad básica para la supervivencia de las personas, por lo que Cáritas cree que acceder a ella pudiendo elegir qué comer y qué dieta llevar, debería ser un derecho garantizado para toda la población. Pero la realidad es que para muchos ciudadanos se ha convertido en un privilegio que no pueden alcanzar y que les obliga a acudir a bancos de alimentos donde se les intenta ayudar con donaciones en especie.
En la actualidad, debido a la crisis socioeconómica, el 45,1% familias en situación de exclusión se han visto obligadas a reducir los gastos en alimentación y el 63,6% han reducido su gasto en vestido y calzado. Todo esto significa que 3 de cada 10 hogares no cuentan con unos ingresos que les permita vivir con dignidad, provocando que el 27,1% de familias en situación de exclusión no lleve una dieta adecuada por problemas económicos, según el estudio 'El coste de la vida y estrategias familiares para abordarlo', publicado en 2022 por Fundación FOESSA.
Ante esta realidad, Cáritas Regional de Extremadura lleva años trabajando y volcando sus esfuerzos en abordar el reto de replantear el actual modelo de ayudas en especie, por un modelo que garantice el derecho a la alimentación, pasando progresivamente de la entrega de alimentos en especie a la ayuda económica.
"Este cambio de modelo permitiría combatir la cronificación de la pobreza, la dependencia de las instituciones, además de prevenir el despilfarro y compra excesiva de alimentos", asegura en nota de prensa, en la que se propone poner a la persona en el centro de toda su acción y repensar el modelo actual de ayuda.
Cáritas considera que respecto al derecho a la alimentación se deberían cumplir una serie de claves que lo garanticen: potenciar la dignidad humana, aumentar la autonomía de las personas y mejorar la inclusión social.
Desde ese enfoque, Cáritas Regional de Extremadura se suma al reto de dignificar el acceso a la alimentación y a hacerlo con una visión integral y comunitaria para lograr el pleno desarrollo de las personas, que no sólo necesitan comida y ropa, sino salir de la situación de pobreza y exclusión social.