Según el Consorcio Valencia 2007 ningún evento ni acontecimiento sucedido en la historia reciente y remota de la dársena valenciana ha reunido a tanta gente como el disparo del pasado fin de semana, a cargo de la pirotecnia de Ricardo Caballer, Ricasa. Durante algo menos de once minutos y con más de 1.700 kilos de material pirotécnico, el terremoto aéreo más alto y potente jamás visto convirtió La Marina en una explosión de creatividad, innovación, luz, color, fuego y un sonido que resonó por toda la ciudad.
Los responsables de la Marina de València consideran que esta 'mascletà' vertical nocturna convirtió el frente marítimo, por segundo año consecutivo", en el centro de València, demostrando que es un espacio óptimo para eventos de esta envergadura.
La Marina de València ha agradecido públicamente a todas las personas, empresas y entidades públicas que contribuyeron a que el multitudinario evento se desarrollara con éxito.