Un equipo de investigadores del Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche ha reconstruido por primera vez la forma en la que el cerebelo establece sus conexiones con el resto del cerebro durante las etapas más tempranas de la vida.
Se trata de la primera cartografía exhaustiva del desarrollo de las proyecciones cerebelosas en el cerebro y el estudio se ha realizado en un modelo animal de ratones de laboratorio.
El mapa generado por el equipo del Instituto de Neurociencias, que es centro mixta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, constituye una herramienta de referencia para comprender cómo se estructura la conectividad cerebelosa desde el inicio de la vida y, además, proporciona un marco temporal detallado para investigar cómo las experiencias tempranas, los factores genéticos o las condiciones ambientales alteran el cerebelo en desarrollo y, en consecuencia, también las redes neuronales con las que se conecta.
El trabajo ha sido desarrollado por el grupo Desarrollo, Conectividad y Función de los Circuitos del Cerebelo que está dirigido por Juan Antonio Moreno.
La investigación sienta las bases para explorar no solo cómo el cerebelo contribuye al desarrollo cerebral normal sino también a posibles alteraciones patológicas de origen cerebeloso, como algunas relacionadas con trastornos del neurodesarrollo.
“Hemos podido observar que las proyecciones cerebelosas comienzan a formarse muy temprano, ya en el embrión, cuando los primeros axones empiezan a conectar con sus regiones objetivo”, ha explicado Juan Antonio Moreno.
A continuación, esas conexiones se expanden de manera rápida y masiva, acompañando el intenso crecimiento del cerebro en esas primeras etapas, mientras que durante las primeras semanas postnatales los circuitos atraviesan un periodo de refinamiento en el que se consolidan las conexiones definitivas.
“Esta secuencia escalonada nos ha permitido identificar con precisión los momentos en los que el cerebelo podría empezar a influir en otras regiones del cerebro" durante unos "periodos tempranos constituyen ventanas muy relevantes para entender cómo el cerebro establece su arquitectura interna”, ha concluido Moreno.


