Sin que todavía las llamas hayan dejado paso a las cenizas, ya se empieza a pensar en los tremendos daños económicos que el salvaje incendio de Villanueva de Viver va a suponer para todos. Lo primero que hay que destacar es que las secuelas del fuego en este pulmón verde de la provincia de Castellón son incalculables, pero las primeras estimaciones apuntan a que por el momento ya ha superado los 12 millones de euros, una cantidad que por desgracia seguirá aumentando.
Adolfo Miravet, presidente de la Asociación Valenciana de Silvicultores (personas que se dedican al cultivo de bosques y de montes), ha hablado este jueves en Onda Cero y ha puesto ceros a los daños del fuego: “Es muy difícil hacer una valoración de la extinción y posterior repoblación de un incendio forestal porque, entre otras cosas, hay que sumar los costes de oportunidad que supone que todos los equipos de Emergencia estén en su sitio, con el traslado de Policía, Guardia Civil o ambulancias que no están en sus puestos vigilando delitos o atendiendo otros accidentes”. “Sin contar eso, ahora mismo, estaríamos hablando de 12 millones de euros hasta la fecha”, ha señalado.
Efectos secundarios del incendio
Partiendo de esa base, habrá que valorar más tarde “lo que vendrá después con las repoblaciones y las consecuencias de las lluvias torrenciales que se dan por esta zona”. “La erosión de esas tormentas provocará que toda la tierra que se ha quemado vaya al barranco de Arenós, que disminuirá su capacidad para retener agua con estos lodos que en el futuro se tendrán que drenar”, añade Miravet.
No hay criterios internacionales unificados para cuantificar los daños de un incendio
Para hacer una valoración no existen criterios internacionales unificados, explica el presidente de la Asociación Valenciana de Silvicultores: “Hay muchos métodos y opiniones, pero no existe una valoración única con criterios internacionales unificados. El Instituto Internacional Europeo propone unas valoraciones porque el paisaje de diversidad es muy difícil de calcular y consensuar con métodos reales”.
Y para hacerse una idea, Adolfo Miravet hace una estimación de la cantidad de pinos que se han podido quemar con este incendio: “El criterio de reposición implica volver a poner lo que había antes de que el fuego lo quemara todo. Se estiman 800 y 1000 pinos por hectárea, con unos 50 años de edad de media, unos más y otros menos. Los viveros tienen pinos de cinco años o de cinco savias como se conocen en el argot que cuesta unos 30 euros cada uno. Sólo hay que sacar la calculadora… Y luego plantar esos árboles de 30 metros de altura, unos cuatro pisos, y ponerlos donde estaban”.
Los daños del incendio en la fauna
Tampoco hay que olvidar el daño por la muerte de corzos, vacas, animales domésticos, insectos, pequeños mamíferos o roedores, sin contar con el valor paisajístico. “Hay muchos intangibles con tanta biodiversidad: el valor del agua, la contaminación o la salud mental de las personas y de los animales. “El valor de reposición es incalculable, una barbaridad de muchos ceros...”, lamenta.
