Aunque habría que iniciar el tema con el origen de todos los problemas y no es otro que la famosa renovación múltiple del año 2020 una semana antes de irse Josep Maria Bartomeu en la que blindó a los jugadores Pique, Lenglet, Ter Stegen y de Jong con unas cantidades que hoy por hoy son inasumibles para la entidad.
Les colocó fuera del mercado y les cubrió de oro hasta unas cifras que resultan escandalosas, se miren por donde se miren, incluso en una situación de bonanza económica de la entidad no puede ser que el centrocampista holandés, un gran jugador, cobre la friolera de 22 millones anuales. Eso no se lo puede permitir prácticamente ningún club del mundo
Y es esta situación económica la que provocó que el Barcelona tomara la drástica decisión de poner el mercado al rubio futbolista para minimizar el coste de sus salarios y a la vez aprovechar que tenía mercado futbolístico para tratar de sacar dinero por uno de los jugadores que mayor valor tienen y que podrían generar plusvalías para las maltrechas cuentas de la entidad.
El entrenador entendía que era un jugador prescindible, a pesar de su enorme calidad, si en su lugar llegaba otro de tanto talento como el portugués Bernardo Silva. Era un cambio de cromos en el que el Barcelona ganaba la plusvalía y la ficha más barata del jugador portugués que además, parece garantizar un rendimiento que tampoco es que haya dado de Jong en sus temporadas en el equipo Barcelonista.
Eso sí con lo que prácticamente casi nadie contaba era con el empecinamiento y en la rotunda negativa del centro europeo abandonar el Barça.
De Jong ha sido rotundo y no ha dado ninguna facilidad lo cual ha enquistado aún más si cabe un de por sí farragoso capítulo. Y en estas estamos pensando en si es una operación rentable en lo deportivo al margen de lo económico. Todo dependería de los costes. No entendería una venta de Jong por menos de 80 millones de euros y fichar a Bernardo Silva por casi 100 puntos la mejora tampoco es que sea tan importante y el riesgo que conlleva económicamente si lo sería
No parece que el Mánchester City vaya ayudar al Barcelona de tal manera que la operación es mucho más complicada que lo que parece.
Me da la impresión de la gente que la mejor solución para todos es la de convencer al centro campista holandés de que debe bajarse el salario y adecuarlo a las situaciones del mercado actual, porque de lo contrario tampoco es sostenible la situación para el Barcelona.