De un tiempo a esta parte en las redes sociales se viene señalando en una tremenda campaña a Sergio Busquets como uno de los lastres del actual Barcelona. Muchos de esos supuestos seguidores del conjunto catalán claman para que abandone la entidad y desde luego no sea el titular indiscutible que es ahora mismo en el equipo.
El término es Busquets en el banquillo. Estos seguidores, al parecer muchos de la comunidad árabe, ansían ver al campeón del mundo en el banquillo para que en el medio campo formen los Pedri, Nico y Gavi. Con lo que eso supone. Tener un centro del campo de tres jugadores veinteañeros, dos y menor d edad el tercero. Realmente han pensado en esa situación y la falta de oficio que tendría la zona más importante del campo?. Sin jerarquía y por mucha juventud y empuje que se tenga se haría muy difícil imponerse a los centrocampistas expertos de otros equipos. Sin olvidar además el papel como termómetro que suele realizar el centrocampista vallesano en la inmensa mayoría de partidos que lleva disputados el Barcelona en la última década.
A Busquets hay que ir buscándole un relevo de garantías porque es evidente que está en la recta final de su carrera deportiva, pero hay que aprovecharle como maestro de otros centrocampistas mientras se le tenga y por supuesto respetar su brillantísima trayectoria deportiva.
A todo ello hay que unir que en los últimos tiempos ha realizado grandes exhibiciones en partidos de alto nivel jugando con la selección española, con lo que demuestra que aún le queda mucho fútbol y puede aportar mucho ya sea al combinado nacional como a su equipo, donde le está costando más imponer el ritmo de juego que necesita el equipo. Y eso sí cuando le sienten en el banquillo que sea porque ha llegado otro que lo hace mejor, no por campañas.
Me recuerda además a otra campaña parecida que se produjo por estas mismas fechas, hace dos años, coincidiendo con la primera Supercopa de España que se disputaba en Arabia Saudí. Por aquel entonces el centro de todas las críticas fue Ernesto Valverde, entrenador del Barcelona, justo hasta que la derrota en semifinales, a todas luces injusta y tras disputar un gran partido, le costó el cargo. Días antes las redes sociales también se habían inundado de hashtags y comentarios contra la continuidad de Valverde en el banquillo azulgrana. Luego pasó lo que pasó. Fue destituido y el remedio , la llegada de Quique Setien al banquillo, fue peor que la enfermedad, y desde entonces y hasta la llegada de Xavi, ningún entrenador ha sabido ocupar el vacío dejado por el entrenador extremeño.