LA SIGNATURA

El adiós de Piqué

Por encima de todas las cosas mañana el barcelonismo debe despedir a Gerard Piqué como se merece. La retirada del central de la Bonanova es un día significativo en el cambio de ciclo del Barcelona más glorioso de la historia.

Alfredo Martínez

Catalunya | 04.11.2022 10:49

Con Gerard Piqué se van 30 títulos. Una forma de jugar al fútbol que marcó tendencia en el mundo. Tuvo el privilegio de formar parte de un grupo salvaje de ganadores que ha pasado a la historia tanto por lo que gano como por la forma en la que gano.

Dentro de ese grupo cada uno con su personalidad, Gerard Piqué no pasó nunca desapercibido. Su exposición pública siempre fue muy elevada. Sus declaraciones y su forma de actuar nunca pasaban desapercibidas ni dejaban indiferente prácticamente a nadie.

Para lo bueno y para lo malo el central catalán era excesivo en casi todas las cosas, se vinculaba y se comprometía hasta límites insospechados y nunca quedaba en un segundo plano. Como se suele decir a A Piqué o se le quiere o se le odia, no hay término medio. El apostó fuerte, con su personalidad y llevó esa línea lo largo de toda su carrera deportiva y personal.

No ha debido ser fácil tomar la decisión de anticipar su adiós y dar un paso al lado en esta situación, aunque se veía venir y se han precipitado los acontecimientos, que a buen seguro se habían producido al término de la temporada. Salen ganando todos. En especial el club que se ahorra unas cantidades importantes en el futuro cercanas a los 40 millones de euros, el entrenador que deja de tener una patata caliente permanente, semana tras semana y el propio futbolista que vez dignificada su carrera y marchándose en un momento previo al de su ocaso definitivo. Hay que saber marcharse y tener la suerte de poder elegir cuándo y esto lo ha tenido Piqué.

El paso del tiempo nos dejará una perspectiva más real de lo que significó el que para muchos es uno de los mejores centrales del mundo en los últimos tiempos. Por palmares desde luego está en un lugar privilegiado.

Pero en el recuerdo del barcelonismo debe quedar la de un culé comprometido, que siempre defendió al equipo a capa y espada y se enfrentó aquellas críticas y a aquel poder central que señala siempre el Barcelona como el alter ego.

Nunca se calló aunque a veces se equivocara, evidentemente. Los pitos el día del inter de Milán fueron absolutamente injustos pues fue un error humano que le ha penalizado y le ha perseguido en la recta final de su carrera. De ahí que mañana la afición tenga la oportunidad de que sea desagraviarle despidiéndole como se merece ante el Almería . Se va a Gerard Piqué se va una leyenda Azulgrana.