El TDAH no se puede diagnosticar antes de los 6 años. Y debería realizarse antes de los 12. Sin embargo no siempre se hace. Antes porque se creía que lo que quien lo padecía "necesitaba dos guantazos" y estaría curado, y ahora porque se trivializa mucho. Isabel Menéndez Bernavente nos explica que no todo hiperactivo presenta un déficit de atención ni viceversa. Cada síndrome tiene sus propias pruebas. Hay que estar atento a 9 síntomas, que deben darse todos para hablar de TDAH.
Cuando el diagnóstico no llegó en la infancia aún es posible llegar a esa conclusión. Porque los adultos con TDAH presentan una serie de problemas comunes, aunque muchos de ellos han aprendido a lidiar con el problema (a diferencia de los niños ya tienen adquiridas ciertas competencias sociales que son de ayuda) y han establecido sus propias herramientas. Depende en muchas ocasiones del entorno. Lo que Isabel tiene claro es las dificultades añadidas que supone no haber detectado a tiempo el TDAH.
Y una cuestión importante. El TDAH tiene un componente totalmente genético. Si tú lo eres es muy probable que tu descendencia también.