El Sporting sigue a la espera. La imperiosa necesidad de realizar o un gran traspaso (por importe de unos 6/8 millones de euros) o varios de menor cuantía hasta acercarse a esa cifra, tiene al club rojiblanco estancado en los despachos. Con Christian Rivera firmado desde hace meses (se incorporará cuando rescinda en Las Palmas y aún no está claro si podrá iniciar la pretemporada el 5 de Julio con sus nuevos compañeros), el resto de las incorporaciones quedan pendientes de ese ajuste económico previo y obligatorio.
Varios nombres han sido vinculado al Sporting en las últimas semanas, pero la mayoría son simples ofrecimientos interesados por parte de los agentes para dar valor a sus productos. En esa situación están los casos de Kawaya, Juncá, Paulino, Cristo González, Montiel...; en otra completamente diferente sí se sitúan otros nombres propios que interesan, pero con los que no se puede avanzar hasta que se defina la situación en los despachos: son los casos de Cantalapiedra o el lateral ucraniano Kravets.
Descartada una posible ampliación de capital, como siempre desde la llegada a la Presidencia de Javier Fernández, la única alternativa para cuadrar números es vender. El principal problema de los dirigentes rojiblancos es que aún nadie ha pujado en condiciones por Uros Djurdjevic, ni por cualquier otro, y el tiempo va pasando. El problema que tiene el Sporting es peliagudo, salvo que opte de nuevo por seguir fuera del tope salarial con las graves consecuencias por parte de la LFP que eso puede suponer para tener una plantilla competitiva.
