La decisión, que se ha concretado en las últimas semanas, llega después del castigo impuesto por el técnico bermellón, que apartó al jugador tras los dos comunicados en los que Rodríguez criticó sus decisiones al inicio de la temporada, motivados por su ausencia de minutos en el partido frente al Real Madrid. Esa polémica derivó en una situación insostenible, que incluyó la retirada de la capitanía y su separación temporal del equipo durante una semana y media, prolongándose posteriormente su ausencia en las convocatorias desde entonces.
El centrocampista gallego, conocido como el Tigre de Betanzos, se despide del club tras disputar 282 partidos, en los que anotó 32 goles y repartió 39 asistencias, cifras que le sitúan entre “los grandes referentes en la historia moderna del club”, según ha señalado el Mallorca en un comunicado. La entidad ha agradecido “su desempeño durante todos estos años” y le ha deseado suerte en su futuro, subrayando que se trata de una etapa que será recordada con cariño cuando se deje atrás este último tramo.
Por su parte, Dani Rodríguez afirma en el mismo comunicado que “la única palabra que se repite es gracias”, y ha querido dirigirse a la afición: “Solo puedo dar gracias porque su cariño me ha llegado desde el primer hasta el último día. Espero haber devuelto ese cariño con trabajo, sacrificio y valorando cada día que me ponía esta camiseta”. Asimismo, ha recordado algunos de los momentos más especiales de su trayectoria en la isla: “Por suerte, tengo grandísimos recuerdos aquí. El primer ascenso fue mágico para todos. También mi primer gol en Primera, justo en la temporada del regreso a la categoría. Y uno de los momentos más mágicos es ese gol en la final de la Copa del Rey. Es un momento inolvidable”.

