Dos goles en el primer tiempo de Raúl García y el hispano-brasileño Diego Costa transformaron la quinta victoria del Atlético de Madrid en la Liga de Campeones y relegaron a la Liga Europa al Oporto, en un partido con tres postes del equipo portugués, doblegado por un conjunto rojiblanco compacto y efectivo.
Nadie ha podido con el Atlético en el grupo G, del que ha sido un ganador incontestable para sus competidores en el cuarteto, también para el Oporto, derrotado y eliminado en el primer tiempo, en apenas 37 minutos, en los que el conjunto madrileño marcó sus dos goles, Dani Aranzubia detuvo un penalti y el equipo solucionó el encuentro con la concreción que acostumbra este curso.
Hoy demostró de nuevo la profundidad de plantilla de la que dispone esta temporada. Sólo cuatro jugadores del once tipo del argentino Diego Simeone formaron como titulares ante el Oporto, pero ni siquiera con rotaciones cede puntos en su campo. No se relaja ni con el pase asegurado como primero de grupo desde hace un mes.
Tampoco Raúl García, que aprovecha al máximo cada minuto. No es habitual en el once, sí un recambio al que recurre Simeone con frecuencia cuando necesita de sus características, ya sea como titular o desde el banquillo, pero su aportación este curso al equipo es magnífica, con goles, potencia, entusiasmo y movilidad.
Ahí están sus números, ocho tantos en 18 partidos esta campaña entre Liga, Copa del Rey y Liga de Campeones. En el máximo torneo europeo ya suma tres, el último esta noche contra el Oporto, el que abrió el marcador para su conjunto, en la primera ocasión local del choque, en el momento en que su adversario parecía mejor acomodado.
Cuando el cronómetro alcanzaba ya el primer cuarto de hora, el centrocampista controló una pelota en el área, de espaldas, esquinado, sin apenas ángulo, pero a la media vuelta enganchó un fuerte disparo que se coló en la escuadra, sorprendió a Helton, transformó el 1-0 para el Atlético y golpeó duramente al Oporto.
Porque el equipo portugués, una versión menor comparada con la que visitó el Vicente Calderón y deslumbró en esta misma competición en dos ocasiones en 2009, le puso interés e intensidad al duelo, consciente de que sólo la victoria era válida para sus aspiraciones, pero ni fue certero en ataque ni contundente en su línea defensiva.
Ni siquiera tuvo suerte. Tiró tres veces al poste, una el colombiano Jackson Martínez, otra Varela y una más Licá, la primera con 0-0, y no marcó ni de penalti, detenido por Dani Aranzubia, hoy debutante en la Liga de Campeones a sus 34 años, a Josué, cuando el electrónico aún reflejaba el 1-0 y el Oporto buscaba del empate.
Era el minuto 27. Diez después, un buen pase de Óliver Torres, desdibujado hasta ese momento, a la carrera de Diego Costa liquidó el encuentro. El hispano-brasileño, que no para de golear esta temporada -ya acumula 19 goles en esta campaña-, sorteó la salida de Helton y anotó el 2-0 ante la desesperación del equipo luso.
Necesitaba tres goles el Oporto para pensar en la clasificación. Toda una hazaña vista la actual fortaleza del Atléticoen su estadio. Ni las buenas noticias procedentes de Viena, con un 3-1 a favor de los locales frente al Zenit en el inicio del segundo tiempo, animaron al conjunto portugués, tan insistente como impreciso para el ataque.
Sí obligó al Atlético a dar un paso hacia atrás, pero también se movió con soltura cuando sufrió el acecho de su contrincante, más aparente que concreto y con otro tiro al poste, pero sin más sobresaltos para el equipo rojiblanco, que cierra invicto la fase de grupos, con 16 de 18 puntos posibles, y aguarda rival en octavos.
