En 'Cantabria en la Onda' con María Gómez

La petición de prohibir el festejo de 'La gata negra' roza las 97.400 peticiones en change.org

María Gómez charla con Carlos Rodríguez, director de 'Cómo el Perro y el Gato' de Onda Cero. Carlos Rodríguez nos cuenta cómo se siente cualquier animal expuesto a un alto nivel de estrés y por qué cree que se debería dejar de utilizar a una gata negra en el festejo que cada 16 de agosto se realiza en Voto

Alicia Real | Europa Press

Santander | 10.08.2017 12:30

La petición al Gobierno de Cantabria y al Ayuntamiento de Voto de prohibir el festejo de 'La gata negra' que se celebra en la localidad de Carasa, en Voto, cada 16 de agosto desde el año 1477, y que está declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, ha sido respalda hasta el mediodía de hoy por casi 97.400 firmas en la plataforma change.org, a la que se incorporó hace seis días.

La petición de firmas iniciada por Acción para el Respeto Animal explica que, durante más de tres horas, una gata es transportada en una especie de procesión a la que le precede una charanga. Al llegar al final del recorrido y tras un discurso donde se cuenta lo que ha sucedido en el último año en el pueblo, el animal es lanzado desde más de dos metros al publico para saber en qué dirección irá en su huida.

El animal es transportado por un burro y escoltado por cientos de personas disfrazadas. Es la Junta Vecinal de Carasa la encargada de organizar este "evento" en el que nuevamente se utiliza a un animal como parte del "divertimento" en las fiestas, señala la petición en change.org.

Igualmente precisa que, tras varias denuncias de la asociación ecologista ARCA, la fiesta se ha "suavizado", y es que años atrás el felino era transportado dentro de un saco y, una vez lanzado al público, sufría diversas patadas en su huida. Hoy el animal "tan sólo tiene que aguantar durante tres horas esos ruidos y toda esa muchedumbre intentando atraparla".

En la petición se argumenta que los gatos, desde el punto de vista veterinario, por sus características etológicas o de comportamiento, no se adaptan bien a manipulaciones de personas desconocidas ni a cambios bruscos de localización. Además, son extremadamente sensibles al sonido, y les pueden provocar "un gran estrés y sufrimiento" los ruidos estridentes.

Además se indica que "son muchas las opciones que se pueden plantear como alternativa" como un peluche o una persona disfrazada de gato.

"Las personas que firman esta petición no entendemos que en pleno siglo XXI, el sufrimiento de una pobre gata sea Fiesta de Interés Turístico Regional. No entendemos tampoco que se gaste dinero público en maltratar a animales indefensos.

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