La generosidad es una característica personal pero no debería se algo que se le pidiera a la política.
La política es gestionar las circunstancias en beneficio de la población.
Si dentro de este ámbito reconoces la realidad y no te inventas algo a tu medida personal, actúas racional y responsablemente estarás cerca de hacer lo correcto. No al 100% porque nunca tendremos esa certeza pero aumentas las opciones.
Y esto es precisamente lo que más le falta a la política española, racionalidad y responsabilidad, no generosidad. En la vida pública la ética de la responsabilidad es la que prima.
Algunos ejemplos para ilustrar estos pensamientos que comentamos con Varela:
1. El nacimiento de España para el cual un matrimonio no se caso por amor sino por interés del pueblo.
2. La transición democrática la cual nos devolvió la libertad.
En todos estos casos no se miro ni la generosidad ni el beneficio político de un partido o una persona, se miro por la nación por el pueblo y se tomaron decisiones racionales.
"Cuando tu dañas a tu país tendrás un beneficio inmediato pero trae consecuencias y pagarás tarde o temprano", remarca Varela.
También reflexionamos sobre los pactos y porque no salen adelante en Madrid y como se han puesto de acuerdo tan rápido para poner a los representantes en el parlamento europeo y aquí no son capaces.
Como ejemplo tenemos a la gran coalición en Alemania jamás se hubiera producido si los socialdemócratas solo hubieran hecho caso a sus beneficios políticos si hubieran dicho 'No es no' llevarían 9 años sin gobierno.