ENTREVISTA EN POR FIN NO ES LUNES

La investigadora española que descendió en el submarino que grabó por primera vez el Titanic: "Nunca pensé que podía perder mi vida"

Días después de la tragedia del Titán y las críticas sobre la seguridad del submarino, hablamos con Isabel Ferrer, investigadora del CSIC que descendió a 2.600 metros de profundidad: "Mi miedo era la claustrofobia, pero nunca pensé que podía perder la vida porque la seguridad prevalecía ante todo".

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ondacero.es

Madrid | 25.06.2023 09:42

La investigadora española que descendió en el submarino que grabó por primera vez el Titanic: "Nunca pensé que podía perder mi vida"

Ha sido una de las noticias de la semana. Nos ha preocupado y angustiado muchísimo. La Guardia costera de Estados Unidos anunciaba el jueves el hallazgo de restos materiales pertenecientes al sumergible Titán, desaparecido en plena expedición turística para ver el Titanic, hundido a 3.800 metros de profundidad el 14 de abril de 1912 y en cuyo naufragio fallecieron alrededor de 1.500 personas.

Tras el hallazgo, las autoridades también confirmaban la muerte de los cinco pasajeros por una posible implosión a causa de la presión que podría haberse producido en el momento en que se perdió la conexión.

¿Qué se siente a 2.600 metros de profundidad?

Pendientes como hemos estado y siguiendo esta noticia de cerca, teniendo en mente qué pudo pasar y qué pudieron sentir. En casos que impactan como este, al final uno se hace la pregunta fundamental y es: ¿Qué nos lleva a arriesgar así? Y por encima de esa, está la pregunta de ¿qué se siente a esa profundidad, qué pensamientos le rondan al ser humano a 2.600 metros bajo el agua?

Cuando conocimos la historia de Isabel Ferrera, inmediatamente entendimos que hay algo que se nos escapa cuando hablamos de un gigante como el océano. Hablo de los límites insospechados a los que puede conducirte la curiosidad. Isabel es una de esas investigadoras que ha viajado por todo el mundo, tiene en su anecdotario una lista larga de expediciones inolvidables y hoy va a compartir una de esas con nosotros.

Era el año 2006. Una campaña oceanográfica multidisciplinar. Y el lugar y momento exactos. A bordo del 'Alvin', el submarino que alquiló James Cameron para grabar por primera vez el Titanic, ahí hizo algo que hoy recuerda como una proeza: sumergirse a 2.600 metros bajo el agua para hacer lo que más le gusta en este mundo que es investigar.

"Tuve miedo, pero a tener claustrofobia; nunca pensé que podía perder mi vida"

Una experiencia vital para la que hace falta coger aire e impulso porque aunque fue la vivencia más brutal de su carrera le guarda mucho cariño, pero también miedo y temeridad. Y la descubrimos gracias al testimonio de Isabel Ferrera, microbióloga e investigadora del Instituto Español de Oceanografía, del CSIC, que reconoce que físicamente volvió dos veces a ese momento porque lo repitió al año siguiente, pero que mentalmente ha vuelto a las profundidades muchísimas veces, sobre todo estos días: "He recordado cosas que casi tenía olvidadas".

Su experiencia fue completamente distinta a la del Titán: "Siempre tienes sensación de miedo, pero yo no recuerdo vivir eso como pensando que estaba arriesgando mi vida, sino como un privilegio y una oportunidad que tenía. El mayor miedo que tenía era a que me diera claustrofobia, pero no por la seguridad porque el submarino había hecho muchísimas misiones antes y la seguridad prevalecía ante todo. Nunca pensé que podía perder mi vida en eso".