El tribunal de cuentas fija en casi cinco millones y medio de euros la cantidad que los líderes independentistas tienen que devolver a las arcas catalanas.
Lo tienen que reeembolsar porque utilizaron dinero público, dinero de todos, para la promoción de la república catalana en el exterior.
Esta tarde, Pere Aragonés se reúne con Pedro Sánchez con la intención de pedir amnistía, libertad, república y que les perdonen esa calderilla. A tenor de lo dicho por el ministro Ábalos, el Gobierno está por la labor de desempedrar, de condonar la deuda aunque sea dejar a los pies de los caballos al Tribunal de Cuentas, (que qué más da desautorizar a una, a dos o a tres instituciones, deben pensar).
Esto se parece demasiado a una amnistía fiscal de esas que tanto ha renegado el PSOE. O peor. De hacer la vista gorda a aquellos que han metido indebidamente la mano en la caja.