Telefónica sube en Bolsa en el primer día de cambio en su accionariado. El fondo soberano Saudí a través de una empresa de telecomunicaciones de aquel país es desde anoche el socio mayoritario de la compañía española.
Se presentan como socios amigables que no quieren hacerse con el poder en el consejo de administración, pero es verdad que todo lo llevaron con el mayor de los secretos. La compañía española ha subido en Bolsa pero el mundo político y económico anda escamado porque los nombres tras determinados movimientos importan y mucho y esta operación la maneja Bin Salman, que es heredero Saudí conocido por incitar la guerra de Yemen o por ser el sospechoso de asesinato de empresarios o periodistas críticos. Y eso, desde luego, no genera confianza.
Como no lo hace que el Gobierno todavía no haya dicho que la inmunidad de Puigdemont no cabe en la Constitución, sólo que todo se va a hacer dentro de la Carta Magna. Claro, los más antiguos del lugar se malician que al final encontrarán en el gobierno el recoveco para perdonar al fugado sus delitos con alguna triquiñuela constitucional