Los siete etarras con delitos de sangre que concurren en las listas de Bildu en las próximas municipales y autonómicas se comprometen a no tomar posesión de sus cargos si son elegidos. Vayamos por partes.
Primero, han anunciado un compromiso, si lo cumplen o no está por ver.
Dos, en el comunicado en el que lo anuncian subrayan que señalarles a ellos es una estrategia para dañar a Bildu.
Conclusión, dan el paso no por convencimiento sino para no perjudicar al partido; tres, en un nuevo intento de blanquearse, dicen dirigirse a las víctimas que han sufrido en este conflicto, no señores no.
No fue un conflicto. Fue una matanza premeditada, organizada y cruel de los que no pensaban como ellos para acabar con nuestra democracia, y por último, estamos ansiosos por ver si esta tarde también el presidente se cuelga la medalla de este movimiento después de haber sido escandalosamente tibio con Bildu durante la legislatura y escandalosamente indulgente con el asunto de las listas.
De hecho Bildu ha sido más expeditivo con los candidatos con delitos de sangre que los dos partidos de Gobierno, PSOE y Podemos.