Con Francisco Sierra

Minuto tecnológico: Cambridge Analytica no desaparece, se transforma

Este jueves nos llegaba la noticia de que Cambridge Analytica desaparecía tras su implicación en el escándalo de los datos fugados a través de Facebook. Datos de más de casi noventa millones de personas que habían sido usados para intentos de manipulaciones políticas a gran escala, tanto en las elecciones de Estados Unidos, como en el Brexit. Pero también se dedicaban a potenciar carreras políticas a costa de falsificar documentos, de chantajear o de inventar escándalos a los rivales de sus clientes. Dicen en el anuncio de su cierre que todo esto no es cierto y que el acoso mediático les ha llevado a la quiebra por lo que cesaban su actividades comerciales.

Francisco Sierra

Madrid | 05.05.2018 06:00

Pero mientras lloraban y protestaban porque no comprendían el clamor contra ellos por uso inmoral de esos datos, en realidad, por detrás decidían otra cosa. Cambridge Analytica no se ha destruido, se ha transformado. Ahora hay una nueva empresa que se llama Emerdata. Que se ocupa también de procesamientos de datos, hosting y actividades relacionadas. La misma actividad que ellos. Que tienen al antiguo director de datos y al mismo presidente de la matriz. Las casualidades no paran aquí, tienen hasta la misma sede social de Londres. Y todavía hay más. En la Junta Directiva de la nueva compañía están las dos hijas del multimillonario, Robert Mercer, el principal inversor de Cambridge Analyitca.

Es decir mientras niegan acusaciones y acusan a todos recurren a la muy vista estrategia de anunciar a bombo y platillo que terminan con la marca tóxica conocida por sus manipulaciones políticas. Mientras reaparecen a escondidas con el mismo negocio. La duda es si contratarán ahora prostitutas ucranianas para chantajear a candidatos políticos o inventaran historias para manipular a millones de personas en las redes sociales. Porque lo cierto es que nada peor que una vendetta política y eso lo hemos visto recientemente también aquí. Aunque hay que reconocer que al final han conseguido despertar las alarmas mundiales para proteger los datos de millones de ciudadanos, tanto en redes sociales como en otros ámbito digitales. No hay mal que por bien no venga.