Madrid |
Sobre todo, si los imputados están prestando declaración por esas fechas. Primer daño que se puede constatar: con esta noticia, ya se cae esa ilusión agosteña del España Suma. La empezó a enterrar ayer en este programa el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, al proclamar que España suma, pero la corrupción resta. "Una es cosa es", añadió, "compartir un programa y otra ir en las mismas listas".
Quizá Rivera no necesitaba esta noticia, singularmente en lo que afecta a Esperanza Aguirre para justificar su no. Quien aspira a sobrepasar a Pablo Casado en el liderazgo de la derecha no puede engrandecerlo con una coalición electoral que beneficiaría al más grande. Pero el auto del juez, los indicios de presuntos delitos que atribuye a la lideresa, el contenido general de su escrito y la descripción de cómo se desviaban fondos públicos al partido conservador le vienen a Rivera como anillo al dedo y al resto de los partidos para volver a asociar la corrupción al nombre del Partido Popular. Otro golpe de fortuna para Pedro Sánchez. Y otro golpe de infortunio para el PP. Quizá sea injusto, pero la política es así.