EL INDULTADO

Rubén Amón indulta a Felipe VI: "Impresiona la vulnerabilidad de una institución cuya misión integradora y aglutinadora sería la primera víctima de la España plurinacional"

Rubén Amón indulta en Más de uno al rey Felipe VI el día que entrega los Premios de la Fundación Princesa de Girona.

Rubén Amón

Madrid | 01.07.2021 11:01 (Publicado 01.07.2021 11:00)

Esta sección de los indultos no discrimina entre parias y pontífices, entre presidarios ni monarcas, de tal manera que aprovecho el expediente del día para conceder la medida de gracia a la persona y figura de Felipe VI en el umbral del séptimo año de jefatura del Estado.

Creo que se puede elogiar su trayectoria y reconocer los méritos que implican haber sobrevivido a una conspiración perfecta. No ya urdida por las fuerzas republicanas, por los partidos nacionalistas, sino expuesta al sabotaje de los presuntos aliados.

Se me ocurre el caso de Ayuso, incitándole a desobedecer la Constitución para hacerla cumplir. Se me ocurre Santiago Abascal, urgiéndole a ponerse el uniforme militar y la botas. Y se me ocurre que los cortesanos más fervientes añoran en realidad el absolutismo.

Pero hay casos más graves y más allegados. Me refiero a la posición taimada de Pedro Sánchez, cuyos narcisismo y recelo a los contrapoderes sobrentienden una rivalidad y una beligerancia que nunca han destemplado al jefe del Estado.

El silencio forma parte de sus obligaciones. No digamos cuando se trata de gestionar la herencia de su padre. Y no me refiero a los bienes y el dinero que Felipe VI rechazó, sino a la intoxicación de la institución monárquica que ha acarreado la impunidad e inmoralidad de Juan Carlos I.

Conserva Felipe VI buena reputación en la sociedad contemporánea. Intervino cuando tuvo que hacerlo para defender la Constitución y ha recuperado la credibilidad de la corona gracias a la sobriedad, la integridad y la transparencia, pero tanto impresiona la soledad del monarca como lo hace la vulnerabilidad de una institución cuya misión integradora y aglutinadora, esperando a Leonor, sería la primera víctima de la España plurinacional.