Madrid | 15.11.2019 09:59
Peor resultado electoral tiene Iglesias, más poder adquiere, lo demuestra el premio de la vicepresidencia. Unidas Podemos ha perdido siete escaños y casi 40 desde su mejor resultado, pero Iglesias consigue siempre una razón para engallarse.
La última consiste en salvaguardarnos de la ultraderecha y me parece muy bien combatir a Santiago Abascal, pero él mismo, Iglesias, representa un parecido caso de extremismo.
No le gusta a ninguno la prensa libre, recelan ambos de la Unión Europea, imponen modelos cesaristas, antiliberales, intervencionistas y encarnan el populismo y el mesianismo.
No ha parecido importarle a Sánchez la ferocidad de Iglesias, lo ha homologado. Lo ha instalado en la Moncloa y ha subestimado la convivencia con un tipo que reivindica el derecho de autodeterminación, que exige el indulto de los condenados del procés, y que los considera presos políticos.
Bien podría haber dimitido Iglesias después de las elecciones, pero, de carambola en carambola, el líder de Unidas Podemos ha desalojado a su propia pareja de la vicepresidencia. Era ella la llamada al cargo y finalmente lo va a ocupar el patriarca.
Terminaremos descubriendo que el manual de resistencia de Sánchez es un plagio.
Descubriremos que el autor es Pablo Iglesias y su mejor intérprete.