OPINIÓN

VÍDEO del monólogo de Carlos Alsina en Más de uno 28/11/2018

Montón fue la última. Después de ella, no hubo más. Ni los va a haber, salvo catacismo político o munición insospechada de la fonoteca Villarejo.

Ondacero.es

Madrid | 28.11.2018 08:14

En puertas de unas elecciones andaluzas que cada vez parecen más la última meta volante antes de unas generales anticipadas, Sánchez no va a sacrificar a ninguno de sus oficiales. Bastante deteriorado está su crédito y su discurso seis meses después de empezar a gobernar España.

Borrell va a seguir siendo ministro. Culpable, según el órgano que vela por la higiene en las operaciones bursátiles, de utilizar información privilegiada cuando era consejero de Abengoa. Sancionado por la Comisión del Mercado de Valores por comportamiento ilícito e irregular. Pero defendido ayer por el gobierno al que pertenece con mucha más vehemencia que el miércoles de la semana pasada. Cuando denunció el escupitajo de Esquera Republicana le dejaron solo. Pero ahora que el BOE publica la sanción por información privilegiada les ha faltado tiempo a la señora Calvo y el señor Ábalos (la vicepresidenta y el portavoz auténtico del gpbierno Sánchez) para decir que aquí no ha pasado nada.

En el desván de los trastos viejos quedó la doctrina Sánchez (o Sánchez-Calvo) sobre la ejemplaridad exigible a los ministros de España. Qué cosas se llegaron a decir en septiembre, vicepresidenta.

En el caso de la vicepresidenta no cabe aplicar la doctrina de la propia vicepresidenta, aquello de que lo que dijo Sánchez cuando no era presidente no se le puede reprochar al Sánchez presidente. Porque esto que acabamos de escuchar lo dijo Calvo siendo ya vicepresidenta. Lo admirable, democrático y exigente que es dimitir por cosas que ni siquiera tienen que ver con tu gestión como ministro.

La ejemplaridad de la que hacía gala aquel gobierno que acababa de destituir a Carmen Montón por plagiar un trabajo de fin de máster. ¿Es más grave plagiar un trabajo para terminar un máster que usar información privilegiada para deshacerse de unas acciones? Para el gobierno, sí. Sus actos dan fe de ello.

El ministro Borrell nunca ha llegado a admitir, es verdad, que él usara información privilegiada como consejero de Abengoa. Él mismo explicó en el Parlamento por qué renunció a recurrirla aun no compartiéndola.

Y es a esto a lo que se agarraron ayer la señora Calvo y el señor Ábalos para quitarle importancia al asunto. Según ellos, como ya sabían que la Comisión del Mercado de Valores acabaría sancionando a Borrell, no tiene relevancia que lo sancione.

Admitamos que en esto la fábrica de argumentarios de Moncloa se lo ha trabajado poco. No se recuerda una coartada más boba en la historia de las coartadas políticas. Como ya sabíamos que Borrell acabaría siendo declarado culpable, qué más da que lo haya sido. Pero es que, además, es falso. Recordemos lo que le dijo Borrell a la senadora Angulo cuando le preguntó por esta sanción.

No la dé usted por hecha. Fue el día 15 de noviembre cuando la sanción fue firme. Aunque fuera ayer cuando la publicara el BOE. Desde el 15 de noviembre, por tanto, el ministro (por más que no comparta el castigo) está sancionado por una infracción muy grave recogida en la ley del mercado de valores. A pesar de lo cual, Sánchez no ve motivo para apartarle.