OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Esta mañana sabremos si la treta que idearon Junqueras y Puigdemont en mayo ha funcionado"

En algún momento de la mañana el tribunal dará su respuesta. Y de lo que diga dependerá que Junqueras siga cumpliendo condena, que Puigdemont pueda moverse por Europa sin que nadie le detenga, que haya o no haya elecciones anticipadas en Cataluña y que salga o no salga adelante el matrimonio entre el PSOE y Esquerra.

Carlos Alsina

Madrid | 19.12.2019 08:13

El efecto dominó puede ser para nota. O puede quedarse en nada, eso es lo que antes de comer iremos sabiendo.

El Tribunal tiene su sede en Luxemburgo y se llama de la Unión Europea. Lo integran un juez de cada país y entre sus funciones está ésta de hoy: resolver las cuestiones que le planteen los tribunales nacionales que tienen dudas sobre cómo deben aplicar la legislación europea.

¿Qué es lo que va a hacer el tribunal hoy? Pues responder a la pregunta que le hizo hace cinco meses el Tribunal Supremo. La pregunta fue: ¿debo dejar en libertad a Oriol Junqueras para que pueda ejercer de eurodiputado? ¿Tiene ya el privilegio de no poder ser encausado sin el permiso correspondiente del Parlamento Europeo, es decir, el suplicatorio?

Antes de que el Tribunal anuncie esta mañana su criterio, no está de más refrescar los hechos.

Mayo de este año. Hubo elecciones europeas.

El candidato de Esquerra Republicana fue un recluso preventivo, Junqueras. El del PDeCAT, un prófugo buscado por la justicia española, Carles Puigdemont.

Se presentaron a las elecciones europeas no porque tuvieran intención alguna de defender los intereses de los ciudadanos españoles en el Parlamento europeo (que esa es la tarea de los eurodiputados, representar a los españoles todos, no a los de un territorio de España concreto). Se presentaron a las elecciones no porque sintieran una vocación repentina por la política comunitaria. Ni porque el independentismo sea un motor de construcción europea (en realidad es todo lo contrario).

Se presentaron buscando aprovecharse de la institución europea en su provecho. El motivo era sólo éste: la inmunidad. El aforamiento. El privilegio.

Recordemos: concurrieron a las elecciones europeas por la misma razón que llevó a Junqueras a presentarse a las elecciones generales, un mes antes: complicarle la vida al Supremo, dificultar el juicio, encontrar un burladero. Por eso se dio la circunstancia insólita de que una misma persona, Junqueras, fuera cabeza de lista a las generales y a las europeas. Aforamiento en el Congreso y aforamiento en Estrasburgo. Si no sale uno, que salga el otro.

El Supremo le permitió acudir al Congreso a recoger su acta. Acuérdese de que participó en la sesión constituyente y que sólo luego fue suspendido en sus funciones porque estaba en prisión provisional. Y ya hubo debate entonces sobre si Marchena debía pedir el suplicatorio para seguir adelante con el juicio. El Supremo entendió que no, porque la vista ya estaba en marcha y los hechos eran anteriores a la elección de los diputados. Asunto resuelto.

Pero luego llegó lo de Estrasburgo. Junqueras y Puigdemont fueron electos. Pero tenían que recoger su acta en Madrid. El de Waterloo por supuesto ni se lo planteó. Junqueras sí. Con razón. Si le habían permitido recoger el acta de diputado por qué no iban a permitirle recoger la de euro-diputado. Pero el Supremo no lo veía igual y rechazó la petición: si Junqueras recogía el acta y se convertía en diputado europeo accedía a la inmunidad, el aforamiento. Y eso ponía en riesgo el desarrollo del juicio. Asunto no del todo resuelto.

Porque Junqueras recurrió, el Supremo dudó y Marchena acabó curándose en salud y trasladando al Tribunal de Luxemburgo la consulta que nos ha traído hasta aquí: ¿debo dejar en libertad al procesado? ¿Le corresponde ya la inmunidad?

Entre la consulta y su resolución ha ocurrido algo bastante relevante, que es el que juicio terminó y la sentencia condenó a Junqueras a trece años de prisión y de inhabilitación para cualquier cargo, incluido el de eurodiputado. De ahí que estén abiertas algunas dudas que el Tribunal europeo esta mañana, y el Supremo después, habrán de despejar.

• Primera, si hizo bien o hizo mal el Supremo al negarle a Junqueras el permiso para recoger su acta.

• Segunda, si en caso de haberlo hecho mal, eso tiene alguna consecuencia sobre si situación actual. Si cabe, o no, la posibilidad de que esto afecte a su condena.

• Y tercero, si el criterio correcto es que una vez proclamados los resultados de unas elecciones, los elegidos ya tienen inmunidad, aunque no hayan recogido su acta. Porque esto es lo que afectaría a Carles Puigdemont, que sin haberla recogido sería eurodiputado y tendría, por tanto, aforamiento.

Lo que esta mañana, en fin, sabremos es si la treta que idearon en mayo ha funcionado.

¿Y lo de la investidura entonces, como está?

Pues todo en orden. Esquerra Republicana llamó ayer chantajista y mentiroso al Partido Socialista. Más en concreto, al ministro Ábalos. Y el PSOE pues lo ha encajado con deportividad porque si algo está acreditando es una capacidad infinita para tragar con cualquier cosa.

El señor Ábalos sostiene, con escasa convicción, que Esquerra ya ha renunciado a imponernos a todos la autodeterminación que según ellos es un derecho. Ábalos ayer con Xavier Fortes en TVE.

Que no parezca que aquí sólo cede Sánchez: Ábalos se esfuerza en que parezca que también ellos están arrancándole cesiones a Junqueras. Perola señora Vilalta dice que no.

Esto, en público. En privado los de Esquerra sostienen que en cuanto pase el fin de semana habrá fumata blanca para Sánchez. No hay por qué hacerle mucho caso, por tanto, a esto del chantaje que dice Vilalta.

Dar por hecho el acuerdo es un chantaje. Lo dice el partido cuyo presidente repite que lo volverán a hacer (proclamar la independencia) si no se atienden ahora sus exigencias. El chantaje siempre es de otro.

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