PSICOLOGÍA

Esta es la razón psicológica por la que no eres capaz de terminar el café y dejas parte en el vaso

Un simple gesto cotidiano como dejarse en el vaso el último sorbo de café, podría estar influenciado por complejos mecanismos psicológicos y evolutivos que buscan protegernos.

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Tomás Sanjuán

Madrid |

La prueba de la taza de café que puede arruinarte una entrevista de trabajo
La prueba de la taza de café que puede arruinarte una entrevista de trabajo | Pixabay

Seguro que alguna vez te has dejado un pequeño sorbo de café en el fondo de la taza sin razón aparente. Y este hábito, tiene que ver más con la psicología de lo que pensamos.

Posibles explicaciones psicológicas

Según expertos en comportamiento, dejar un poco de bebida en el vaso puede reflejar una necesidad subconsciente de no quedarse completamente "vacío". Este gesto podría simbolizar el deseo de mantener una reserva emocional o evitar la sensación de haber agotado todos los recursos disponibles.

Otra interpretación sugiere que este comportamiento está vinculado a una mentalidad de escasez. Es decir, llevar una actitud de precaución, evitando consumir algo en su totalidad por temor a no tener más en el futuro.

El efecto Zeigarnik

El fenómeno conocido como efecto Zeigarnik indica que las personas recuerdan mejor las tareas incompletas que las completadas. Aplicado al acto de dejar café en la taza, podría interpretarse como una forma de mantener activa la experiencia, dejando una pequeña parte sin consumir para prolongar la sensación asociada al momento.

Aversión al asco

Otra razón psicológica que podría explicar por qué dejamos un sorbo de café en la taza es la aversión al asco, una emoción básica que ha evolucionado para protegernos de sustancias potencialmente dañinas. Desde una perspectiva evolutiva, el asco actúa como un mecanismo de defensa que nos ayuda a evitar alimentos en mal estado o contaminados, reduciendo así el riesgo de enfermedades.

Tal y como cuenta @infarmarte en sus redes sociales, este mecanismo puede activarse de manera inconsciente ante ciertos estímulos sensoriales, como el sabor amargo o la temperatura del café que ha estado reposando por un tiempo. Aunque el café no esté en mal estado, su sabor puede cambiar al enfriarse, generando una ligera sensación de desagrado que nos lleva a evitar el último sorbo. Además, factores como la textura o la presencia de posos pueden intensificar esta respuesta de rechazo.

Es decir, un simple gesto cotidiano como dejarse en el vaso el último sorbo de café, podría estar influenciado por complejos mecanismos psicológicos y evolutivos que buscan protegernos.