opinión

Monólogo de Alsina: "Torra tiene que seguir siendo president para que no se le caiga a Sánchez el plan de primavera"

No dejan de suceder cosas que nunca antes habían pasado.

Carlos Alsina

Madrid | 24.01.2020 08:12

Desde ayer, el presidente del gobierno puede presumir de ser pionero de nuevo. Es el primero al que le toca soltar quinientos euros de multa por usar la Moncloa como si fuera el salón de actos de la sede socialista. Abuso de poder y sanción de quinientos boniatos. Sabiendo cómo se las gasta el gobierno, lo siguiente será cambiar la ley electoral para que deje de estar castigado usar los recursos del Estado para hacer campaña partidista. Ya estoy viendo a Calvo y Lastra explicándonos a todos lo antigua que se ha quedado la ley electoral y lo poco europeo que es poner multas a presidentes.

En el mismo pack pueden animarse a cambiar el delito de desobediencia a la autoridad para que deje de ser delito que a la autoridad la desobedezca otra autoridad. O sea, quitar del código penal esto de desobeceder a la Junta Electoral. Y así el señor Torra, nuevo amigo del presidente, condenado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña e inhablitado para seguir siendo diputado autonómico, se puede librar también de lo suyo. Ya que te pones, te pones. A ver, que formen una fila los políticos independentistas que hayan cometido algún delito y vamos apuntando para eliminarlos del Código. O hacemos una ley que diga que los políticos quedan exentos de cumplir las leyes porque, después de todo, lo que hacen ellos es política. Y en política se resuelve todo dialogando.

El Tribunal Supremo, al que el gobierno no para de abrirle boquetes predicando que sus sentencias también se han quedado antiguas, estableció ayer que el señor Torra ha perdido el escaño. Es decir, que la resolución que tomó la Junta Electoral es válida y está en vigor. Lo que significa que el Parlamento catalán tiene que asumir la sentencia (¿no era eso lo que los independentistas exigían al Estado español, que acate y asuma las sentencias?) y que a Torra hay que nombrarle sustituto en el Parlamento. A lo que Torra responde, con este eco que parece que esté hablando dios, que aquí no ha cambiado nada.

La lógica torriana, que es lógica puigdemónica, es aplastante: si el Parlamento no le hizo ni puñetero caso a la Junta Electoral cuando le dio por inhabilitado, a ver por qué va a hacerle caso al Supremo cuando secunda a la Junta Electoral. Le ha faltado tiempo al gobierno central para proclamar que aunque deje el escaño sigue siendo presidente de la Generalitat. A ver, que Sánchez se va a ver con él en dos semanas. Y que tiene que seguir siendo president porque si no, convoca elecciones anticipadas en Cataluña y se le cae al equipo de estrategas de Moncloa todo el plan que han diseñado para la primavera.

El presidente, como dio una rueda de prensa larga hace diez días y ha dado una entrevista a TVE, pues ya está agotado de tanto periodista. Y de tener que responder preguntas sobre su nuevo amigo Joaquim Torra.

No quiere entender el presidente que si se le hacen las mismas preguntas todos los días es porque ya hemos aprendido que sus respuestas de hoy pueden ser justo las contrarias que sus respuestas de mañana. ¡A las mismas preguntas!

De la hermosísima relación que hoy mantiene el equipo monclovita con los independentistas catalanes han sacado una enseñanza dos presidentes autonómicos.

Uno, del PP. Núñez Feijoo.

Otro, Uno, del PSOE, García Page. A quien no se le ha escapado cómo en el mercadeo de favores se ha colado de pronto el Código Penal –-nada menos que el código penal-- sin que a nadie en su partido, salvo a él, se le haya movido un pelo.

No parece que a Page le convenza el formidable argumentario que ha puesto en pie el gobierno para camuflar el favor que se le quiere hacer a Junqueras bajo la verborrea de lo urgente que es modernizar el delito de sedición para ponernos a tono con la Unión Europea.

En la sección 'hablar por hablar', también conocida como bla bla bla, hoy presentamos a la portavoz del grupo parlamentario gubernamental, Adriana Lastra. Sostiene que hay que homologar nuestro código penal al de otros países. Es decir, copiar el que tienen ellos, que debe de ser que es el mismo en todos.

Homologar a cuál de los veintiocho códigos penales que hay en la Unión Europea. ¿Cuál es el que va a fusilar, corta y pega, para hacerle borrón y cuenta nueva a Oriol Junqueras? ¿Se anima a explicar la portavoz parlamentaria y número dos del partido del gobierno (no son cargos cualesquiera) en qué han objetado esos países que ella menciona el delito de sedición español? Homologar y acompasar, ya les dije el martes que este verbo, acompasar, íbamos a escucharlo mucho en boca de los portavoces que son el eco de la Moncloa. La fábrica de argumentarios de ocasión no descansa nunca. Acompasar el código penal al siglo XXI. Llevamos veinte años de siglo XXI y hasta esta semana no habían caído Lastra, Calvo, Sánchez en lo urgente que es que nos acompasemos. En la nueva España sostenible el material que triunfa es el hormigón armado.

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