Estamos estrenando el 20 de junio de 2025. Y lo estamos haciendo desde la Escuela Superior de Música Reina Sofía, al lado mismo del Teatro Real, y para celebrar aquí el décimo aniversario de un programa de radio llamado La Cultureta. Que, en realidad, tiene diez años y medio. Pero, qué quieren, lo fuimos dejando, dejando y nos hemos plantado en este final de junio pre-veraniego y caluroso.
La Cultureta -más tarde lo recordaremos- nació en el otoño de 2014, más o menos cuando Santos Cerdán inició su provechosa carrera como conseguidor de obra pública, distribuidor de comisiones y constructor encubierto él mismo (todo presuntamente). Y en aquella primera cultureta hablamos de las tormentas de polvo que describe Steinbeck en 'Las uvas de la ira' y de los agujeros de gusano de Interstellar.
Gobernaba España Mariano Rajoy, siempre de perfil ante el escándalo de la Gürtel, el PSOE acaba de cambiar de líder, en la persona de Pedro Sánchez, El Mundo había difundido un año antes los sms de Rajoy y Bárcenas -Luis, sé fuerte, hacemos lo que podemos-, y aunque el PP pretendía convertirlo todo en una conjura de jueces de izquierdas para desestabilizar la legislatura, y aunque el presidente del gobierno decía haberse enterado de todo por la prensa, el líder socialista no dejaba pasar un día sin exigirle a Rajoy que dimitiera por dignidad, por estar asediado por la corrupción y por el bien de las instituciones y de España.
Ni Rajoy ni Sánchez han sido nunca muy culturetas. Pero el aniversario nos permite echar la vista atrás y preguntarnos cómo terminará la feroz tormenta de polvo que sacude estos días al partido del gobierno y si el agujero que le ha abierto la plaga de gusanos se tragará a Sánchez con sus más de doce apóstoles. Todo indica que el presidente ha vuelto a recluirse en la Moncloa, vaciada su agenda oficial de actos y de homilías, y que no tiene mayor interés en informar a los españoles de para qué ha hecho una ronda de consultas con los grupos políticos que le invistieron presidente y cuál ha sido el resultado.
Todo indica que el presidente ha vuelto a recluirse en la Moncloa
Es decir, que al cabo de una ristra de fotos de gente con cara de acelga -que si el condenado por malversación Jordi Turull, que si la señora Nogueras que quiere salvar Cataluña de la corrupción española -compañera de partido de la condenada por corrupción Laura Borrás-, que si la señora de Bildu recadera de Arnaldo Otegi -condenado por pertenencia a organización criminal-, que si Gabriel Rufián, que (el hombre) está limpio de antecedentes penales, y eso le honra, pero que ha sido tan opaco como todos los demás respecto del contenido exacto de su conversación (o negociación, no sé) con el atribulado, afligido y demacrado presidente de Gobierno al que él mismo le pidió que jurara que no hay una Gürtel del PSOE sin que Sánchez considerara necesario ni jurar ni responderle.
Ha quedado en el aire la duda de si cuando Rufián dijo a la prensa que el presidente está tocado y la izquierda ha de aprovechar el tiempo que le quede a la legislatura estaba transmitiendo una opinión suya o es que Sánchez le había hecho ver que, aunque en público proclame que las elecciones serán en 2027 y él repetirá, en privado ya no tiene claro ni lo uno ni lo otro.
El salmo este de que la legislatura va como un tiro y ni de broma habrá ni elecciones ni renuncia lo entona ahora, en su calidad de suplente, la vicepresidenta Montero, con la misma convicción con que hasta hace ocho días santificaba a Santos Cerdán y enviaba a la hoguera a quien osara poner en duda su condición de hombre intachable. (La ministra de Hacienda echó el día ayer en el congreso de Comisiones Obreras y hoy ya se va de campaña a Sevilla, sin noticias de que le haya dedicado un minuto, tampoco esta semana, a dejarse la piel para presentar un proyecto de Presupuestos al Congreso -y bla bla bla-).
Significados comentaristas que siempre fueron más 'sanchistas' que el propio Sánchez y le justificaron todos y cada uno de los vaivenes, las conveniencias, los relatos y las intoxicaciones, se ponen ahora estupendos aleccionándole sobre coherencia democrática e invitándole a ir haciendo mutis por el foro porque hay quien que salvar no es a España de sí misma, sino al PSOE de quien lo ha dirigido, con Ábalos y Cerdán como apoderados -padre, hijo y espíritu santos-, estos últimos diez años.
Un sondeo de Metroscopia hecho esta misma semana refleja que cae en picado el porcentaje de votantes de izquierda que ven viable la legislatura. Cae al 60%, 60-40. Entre los votantes de derechas, al revés. 55-40%, ganan los que creen que esto no aguanta. A la pregunta de qué debería hacer Sánchez, 22% de los españoles apuesta por la cuestión de confianza, 55% por las elecciones generales. Quienes opinan que no tiene que hacer nada concreto son solo el 19%. Y es la opción preferida solo para los votantes del PSOE, no de Sumar, no de los independentistas.
Este es el estado de opinión del país. Que al presidente, como ocurre con cualquier resultado que le disguste, le resbala. La crisis es aguda. Pero bueno, el Gobierno ganó ayer una votación parlamentaria para ilegalizar asociaciones franquistas, y hasta lo ha presentado como prueba de que su mayoría parlamentaria aún existe, perdón por la broma.
El gasto en defensa, la nueva excusa
Enviemos un mensaje de aliento, desde aquí, al secretario general de la OTAN, señor Rutte. El presidente del Gobierno de España, de pésimo humor, zarandeado por revelaciones que siempre despreció, más pendiente de saber qué conversaciones contiene el pendrive que Anaís intentó escamotear a la UCO que de cualquier otra cosa, el presidente le ha elegido como el próximo villano al que, por sus narices, tiene que derrotar. Que dice Sánchez que a él nadie le dice cuánto tiene que invertir en Defensa. Si pasa de presentar Presupuestos a las Cortes, cómo no va a pasar de lo que le diga la OTAN.
Enviemos un mensaje de aliento, desde aquí, al secretario general de la OTAN, señor Rutte
Eso es, entiéndanle, gobernantes del resto de los países de la OTAN. Entiéndale Rutte y entiéndale, también, Trump, que se prepare Trump. El primer ministro español, contrariado y debilitado, va a la guerra contra el 5%. Un 2% de PIB en Defensa, vale, pero un 5%, ni de broma. ¡Va contra nuestra visión del mundo!, ha escrito Sánchez, escritor compulsivo de cartas lo mismo a la militancia, que los españoles que a la OTAN.
El hombre que no supo defender al PSOE de los 'koldos' y los 'cerdanes' va a defendernos a todos de los halcones de la OTAN. Habilísima forma de camuflar, como si fuera un pulso, lo que no pasa de ser impotencia. La impotencia para modificar tan hondamente la estructura del gasto público cuando no tienes mayoría parlamentaria que te apoye. ¡Por ahí no paso!, dice Sánchez, mientras bracea en arenas movedizas, sepultadas sus piernas en un boque de hormigón armado.

