En el primer día del pontificado de León XIV, el cardenal Robert Francis Prevost, elegido ayer por sus pares para gobernar la Iglesia Católica. Desde Roma, donde hace dieciocho días les contamos la muerte de un Papa y donde ayer pudimos contarles, en otra emisión especial de nuestra redacción de Informativos, la nueva vida que inicia uno de sus ministros.
Si Francisco fue el primer argentino que llegó a Papa, León XIV es el primer estadounidense —americano como Francisco, pero de la América del Norte—, con doble ciudadanía porque también es peruano, que alcanza la magistratura más alta de la Iglesia. Ni italiano, ni filipino, ni africano ni de piel oscura. Agustino, misionero y pastor, pero residente desde hace años en esta Ciudad del Vaticano y responsable de uno de los ministerios del gobierno de Francisco. ¡Y es matemático! Un Papa de ciencias, dicen, gratamente sorprendidos, sus colegas de estudios. Que andan calculando cuántos siglos hacía. Licenciado en ciencias matemáticas pero también doctor en Derecho Canónico y con un master en Teología. Todo suma.
Licenciado en ciencias matemáticas pero también doctor en Derecho Canónico y con un master en Teología. Todo suma
Si la duda hasta ayer era si apostarían los cardenales por la ruptura o la continuidad, apostaron, como casi siempre, por la continuidad pero dejando que ahora sea el nuevo Papa quien decida cuáles son sus prioridades y cuál su forma de abordarlas. Se estrenó con estilo propio. Evocando a Francisco y celebrando su existencia, pero escogiendo, por ejemplo, la vestimenta tradicional que engarza con la etapa anterior en lugar de la versión simplificada que prefirió el papa difunto.
Si la duda hasta ayer era si apostarían los cardenales por la ruptura o la continuidad, apostaron, como casi siempre, por la continuidad pero dejando que ahora sea el nuevo Papa quien decida cuáles son sus prioridades y cuál su forma de abordarlas
O escogiendo como nombre no el de Francisco II sino el de decimocuarto León, heredero —se entiende— del papa Pecci, Leon XIII, que a finales del siglo XIX se significó por la defensa de la dignidad de los trabajadores y la reivindicación de salarios justos, aunque también por su recelos hacia las democracias liberales y los sindicatos de clase. No parece que el nuevo Papa vaya a distinguirse de los anteriores en la crítica simultánea al capitalismo y el comunismo, en la exaltación de la pobreza como signo de bondad y en la demanda de paz, sin entrar en muchos matices, para las guerras que están abiertas en el mundo, empezando por la invasión de Ucrania.
No parece que el nuevo Papa vaya a distinguirse de los anteriores en la crítica simultánea al capitalismo y el comunismo, en la exaltación de la pobreza como signo de bondad y en la demanda de paz
En materia de inmigración será un calco del Papa anterior, también en la lucha contra el cambio climático. Y también, con seguridad, lo será respecto del aborto o la eutanasia. Habrá que ver si quiere ir más lejos que Francisco en todo aquello con lo que éste amagó, o sobre lo que habló, pero sin llegar nunca a rematar del todo. Empezando por los abusos en la Iglesia, y las Conferencias Episcopales nacionales que aún siguen arrastrando los pies. Siguiendo por la descentralización de la Iglesia —sucedándo de la democratización—.
También, con seguridad, será un calco de Francisco respecto al aborto o la eutanasia. Habrá que ver si quiere ir más lejos que Francisco en todo aquello con lo que éste amagó, o sobre lo que habló, pero sin llegar nunca a rematar del todo
Y siguiendo por el papel de la mujer o las personas homosexuales. Consta que no es el nuevo Papa partidario de reconocer la igualdad de la mujer y el hombre en las tareas de la Iglesia. Y consta que no está por la labor de reconocer como matrimonio la unión de parejas del mismo sexo. Más difusa es su postura sobre el celibato opcional o sobre los acuerdos secretos que alcanzó su colega Parolin con China.
Consta que no es el nuevo Papa partidario de reconocer la igualdad de la mujer y el hombre en las tareas de la Iglesia. Y consta que no está por la labor de reconocer como matrimonio la unión de parejas del mismo sexo
Pero como León XIV es estadounidense, y como había otros cardenales de su misma nacionalidad pero menos distanciados del trumpismo, es inevitable que en todos los perfiles se señalen hoy los choques que ya ha tenido con el vicepresidente Vance y su beligerancia en favor de los inmigrantes y en contra de quienes los satanizan. Mientras Trump devalúa la política estadounidense convirtiéndola en una exhibición diaria de zafiedad y comportamientos frívolos; mientras Putin recibe en Moscú a su padrino chino, el señor Xi, para exhibir de nuevo la amistad inquebrantable entre dos regímenes autocráticos.
Pero como León XIV es estadounidense, y como había otros cardenales de su misma nacionalidad pero menos distanciados del trumpismo, es inevitable que en todos los perfiles se señalen hoy los choques que ya ha tenido con el vicepresidente Vance
Mientras Europa se rearma temiendo ser objeto de deseo del imperialismo del amigo de Trump y aún más amigo de Xi —o sea, el ruso—, llega un nuevo actor al drama de la política internacional con la incógnita de qué papel querrá desempeñar: si mediático y protagonista, como su antecesor en la cátedra, o reservado y secundario, como dicen quienes le han tratado que podría encajar más con su carácter.
La incógnita de qué papel querrá desempeñar: si mediático y protagonista, como su antecesor en la cátedra, o reservado y secundario, como dicen quienes le han tratado que podría encajar más con su carácter
Si Francisco esbozó en su primer saludo como Papa las líneas maestras de lo que aspiraba a que fuera su Pontificado, León XIV sorprendió leyendo varios folios de anotaciones manuscritas como declaración de intenciones sobre cuestiones diversas. En esto ya ha creado un precedente. Al balcón de la Basílica se sale, recién elegido, no a bendecir simplemente al rebaño sino a pronunciar una suerte de síntesis pastoral y discurso de investidura. Se le agradece al Papa el trabajo de afinar unas ideas y ponerlas por escrito.
Al balcón de la Basílica se sale, recién elegido, no a bendecir simplemente al rebaño sino a pronunciar una suerte de síntesis pastoral y discurso de investidura. Se le agradece al Papa el trabajo de afinar unas ideas y ponerlas por escrito
Fue expresión muy repetida anoche en la plaza de San Pedro fue ésta: hay Papa para quince o veinte años. Por la edad de Prevost, 69 años, y por su condición de deportista y visiblemente sano. Quienes informen, allá por 2040, o 2045, del próximo cónclave recordarán que en aquel anterior de 2025 parecía que la cosa estaba entre Parolin y Tagle y resultó que salió elegido el estadounidense-peruano natural de Chicago.
Recordarán que en aquel anterior de 2025 parecía que la cosa estaba entre Parolin y Tagle y resultó que salió elegido el estadounidense-peruano natural de Chicago