OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "El factor Escrivá"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la reforma de las pensiones del ministro Escrivá y sobre si habrá subida de cotizaciones.

ondacero.es

Madrid | 15.11.2021 08:52

El último día. O no, ya veremos.

Escrivá se desgañita porque ve titulares que no sabe de dónde salen. Y que siempre vienen a decir una misma cosa: la reforma de las pensiones traerá consigo la obligación de trabajar más años y conformarse con menos pensión de jubilación.

Es el último en el calendario que se había fijado el incomprendido ministro Escrivá, ese hombre que cada diez o quince días se desgañita porque ve titulares que no sabe de dónde salen. Y que siempre vienen a decir una misma cosa: la reforma de las pensiones traerá consigo la obligación de trabajar más años y conformarse con menos pensión de jubilación.

Este quince de noviembre es la fecha que pactaron el gobierno, la patronal y los sindicatos para terminar de pactar. ¿El qué? Pues lo del mecanismo de equidad intergeneracional (a estas cosas les pone nombre el mismo que llamó restricción a la movilidad nocturna al toque de queda), es decir, cómo hacemos para que los pensionistas boomers no se lleven la terrible sorpresa al jubilarse de que su pensión es aún más baja que las de ahora porque son muchos más pensionistas de golpe.

O por decirlo desde otra perspectiva, cómo le garantizamos a nuestros socios europeos, tan pendientes siempre de nuestros desajustes crónicos, que el sistema de pensiones español seguirá siendo válido aunque cada vez haya más jubilados, cada vez nazca aquí menos gente y se sigan actualizando las pensiones conforme al IPC aunque el IPC lo tengamos ahora mismo disparado: 5.4% en octubre, la inflación en máximos.

¿Cómo quedará este asunto?

Llegado el día de hoy, y más allá de enfoques periodísticos y titulares que al ministro incomoden, deberíamos terminar esta jornada sabiendo cómo queda realmente este asunto: si habrá subida de cotizaciones y ese añadido que ha propuesto ahora el ministerio para los próximos diez años. Añadido a los ingresos del Estado y mengua, por tanto, de los ingresos de empresas y trabajadores.

Podemos seguir entretenidos con los mensajes, apasionantes todos, que nos ha dejado el fin de semana

A la espera de que veamos hoy si prospera la fumata blanca o salta la negociación por los aires (en ésta no participan ni Calviño ni Yolanda Díaz), podemos seguir entretenidos con los mensajes, apasionantes todos, que nos ha dejado el fin de semana. Quizá a usted le chocó escuchar a Pedro Sánchez arremeter contra las políticas que aplicó el gobierno español en 2008, o sea, su hoy amigo del alma Rodríguez Zapatero.

Quizá lo que le chocó fue escuchar a Pablo Casado explicar que el problema de la energía solar es que de noche no hay sol.

O quizá le chocó escuchar a la vicepresidenta segunda del gobierno de España exponer, preocupada, cómo hay barrios en España donde lo niños pasan hambre.

Los niños sin poder hacer tres comidas en el país que gobierna, o vicegobierna, no sé, Yolanda Díaz

Qué éxito de gestión gubernamental, entonces. Los niños sin poder hacer tres comidas en el país que gobierna, o vicegobierna, no sé, Yolanda Díaz.

Pero rompamos hoy una lanza por nuestros dirigentes. Todas estas frases llamativas tienen una explicación. Cada una la suya. Cuando Yolanda habla de la dramática precariedad de las familias de algunos barrios lo que está diciendo es que, a pesar de sus esfuerzos, al PSOE le cuesta ocuparse de los problemas reales de la gente.

Lo que está diciendo es que la izquierda verdadera es la que está a la izquierda de Sánchez. Y lo que está diciendo es que el país lo que necesita es a personas como ella, como Ada Colau y como Mónica Oltra. No a Ione Belarra o a Irene Montero, porque son de Podemos. Y no a Errejón, porque es un hombre.

Cuando Sánchez ataca sin piedad las políticas que se aplicaron en España en 2008, es decir, gobernando Zapatero y con su aplauso de diputado recién llegado, lo que está queriendo decir es que al gobierno de entonces la desnortada Unión Europea le impuso sus aberrantes recetas neoliberales.

¿Y qué iba a hacer Zapatero, sino bajar la cabeza y tragárselas? ¿Qué iba a hacer, si el sistema financiero español se había revelado un agujero negro, la burbuja inmobiliaria había estallado, no encontrábamos quien quisiera financiarnos y éramos, con Grecia y Portugal, la mayor preocupación de Europa?

Es verdad, Zapatero llevaba ya cuatro años gobernando, pero lo importante, para Sánchez, es que aquellos recortes (congelación de pensiones, rebaja del sueldo de funcionarios, ampliación del cómputo de la pensión, retraso en la edad de jubilación, reforma laboral en contra de los sindicatos), todo aquello no fue cosa del PSOE sino de la comisión europea.

Ahora, luego llegó Rajoy y subió los impuestos, rebajó la indemnización por despido y desvinculó las pensiones de la inflación porque le dio la gana, no porque se lo impusieran desde fuera. Queda claro el ejercicio de desmemoria democrática, ¿no? A Zapatero le obliga Europa, Rajoy lo hace porque quiere y Sánchez es quien ha hecho ver a Europa que las crisis deben afrontarse con recetas socialdemócratas. Por eso él puede disponer ahora (o espera poder hacerlo) de los 140.000 millones de euros de los fondos Next Generation. Como si no estuvieran condicionados a lo de siempre: demostrarle a Europa que hacemos las reformas que, si no fuera por las crisis y por la necesidad de que nos apuntalen, nunca haríamos.

Casado y la energía solar

En cuando a lo de Casado y la energía solar es un caso claro de cómo dárselas de listo y acabar estrellado. Pero no él, sino quienes en las redes sociales, gatillo fácil en twitter, se lanzaron a crucificarle por haber dicho que la energía solar sólo aporta megavatios al sistema y permite rebajar la factura mientras hay sol. Porque de noche ni aporta ni abarata.

una cosa es que tú, en tu casa, tengas un acumulador que almacena tu energía solar para usarla de noche y otra que existan acumuladores a gran escala como para que la solar pueda cubrir las necesidades energéticas de una población considerable

Si pudiera almacenarse toda la energía solar que se produce en las plantas fotoeléctricas sería fantástico, pero ayer muchos de quienes criticaron a Casado descubrieron, con horror, que una cosa es que tú, en tu casa, habiendo hecho una inversión notable tengas un acumulador que almacena tu energía solar para usarla de noche y otra que existan acumuladores a gran escala como para que la solar pueda cubrir las necesidades energéticas de una población considerable.

Resulta que eso hoy no existe. Ni aquí ni en ningún lugar. No hay baterías gigantes que acumulen la energía solar para abastecer el sistema de noche. Con la solar ocurre como con la eólica, que cuando hay viento es una bendición porque aporta hasta un veinte o un veinticinco por ciento de la energía total que se demanda, pero en ausencia de viento su aportación decae drásticamente. Y el pico de consumo eléctrico en España se produce en invierno y entre las ocho y las diez de la noche, cuando el sol está calentando la otra cara del planeta.