OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Negociar mientras llueven misiles"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la "no respuesta" de Biden evitando que la OTAN se enfrente directamente con Rusia y sobre el precio que pagará Zelenski cuando alcance un acuerdo de paz con Rusia, donde se verá si Putin sale vencedor o vencido.

Carlos Alsina

Madrid | 17.03.2022 08:34

Vigésimo segundo día de guerra en Ucrania. Tres semanas de bombas rusas, de invasión, de edificios destruidos, de muertos, de heridos, de desplazados.

La prensa británica sostiene que ya hay un borrador del acuerdo entre Rusia y Ucrania ---sus gobiernos--- que permitiría empezar a pensar que esta guerra tiene un final cercano y posible.

Pero a esta hora de la mañana del día veintidós ni siquiera se ha alcanzado un alto el fuego. Los ucranianos, los rusos, los europeos anhelan poder celebrar el final de los bombardeos (no es sólo Ione Belarra quien se duele por las guerras), pero aún es prematuro hacerlo.

Más allá de los deseos están los hechos: sobre Ucrania sigue lloviendo fuego

Más allá de las esperanzas, las expectativas, el acercamiento de posturas que ---se dice--- ha habido desde que Zelenski asumió anteayer que no habrá ingreso de Ucrania en la OTAN (tampoco lo habrá, al menos ahora, en la Unión Europea), más allá de los deseos están los hechos que se siguen produciendo: bombas rusas sobre la población civil en las ciudades de Ucrania con las que Putin busca afianzar su posición de ventaja en las negociaciones que aún no han terminado. Sobre Ucrania sigue lloviendo fuego.

La no respuesta de Biden a Zelenski

Zelenski evocó ayer ante los diputados y senadores de los Estados Unidos dos páginas dolorosas de la historia de ese país en las que el terror llegó de la mano de los aviones: el ataque japonés a Pearl Harbor, diciembre del 41, y el ataque de Bin Laden al Pentágono y las Torres Gemelas.

Los evocó para reiterar su petición de que Biden impulse la declaración de una zona de exclusión aérea en Ucrania. Traducido: que la OTAN pueda derribar legalmente los aviones y los misiles rusos. Obtuvo la respuesta que él sabía ya que obtendría: la no respuesta. Biden no se dio por enterado porque poner a la OTAN a enfrentarse directamente con los rusos no entra en los planes ni de él ni de los gobiernos europeos.

Entre la OTAN y Rusia está Ucrania. Es Ucrania quien tiene que defenderse y quien tendrá que pagar el precio de un acuerdo de paz con Rusia

Entre la OTAN y Rusia está Ucrania. Es Ucrania quien tiene que defenderse y es Ucrania quien tendrá que pagar el precio de un acuerdo de paz con Rusia. Precio va a haber. Y el día que se conozca a qué y a cuánto asciende podrá empezar a analizarse cómo de vencedor, o de frenado, sale Putin.

Recuerda el comentarista político de la CBSJohnatan Allen que en las navidades de 1941, veinte días después de Pearl Harbor, Winston Churchill pronunció un discurso en el Capitolio.

Un discurso en el que alabó la decisión estadounidense de involucrarse del todo en la guerra, a raíz del ataque japonés en el Pacífico. Un congresista republicano dijo ayer que Ucrania vive un momento churchiliano, aunque como escribe Allen, Zelenski, además de agradecer, ayer pidió. Una mayor implicación que no va a producirse.

Aires churchilianos en el Bundestag

Los tiempos nunca son los mismos.Churchill viajó a Washington para comparecer, con traje, chaleco y pajarita, ante el Congreso y el Senado. Zelenski lo ha hecho por vídeo desde la capital asesiada, en camiseta de batalla y dando paso a un vídeo que recoge imágenes de explosiones, víctimas y edificios destruidos.

Los tiempos nunca son iguales. Es la tecnología de ahora lo que está permitiendo a Zelenski aparecerse cada día ante los diputados de algún país amigo reunidos en sesión solemne. Después del Reino Unido, Canadá y los Estados Unidos, hoy le toca el turno a Alemania. Aires churchilianos en el Bundestag.

Sánchez anuncia que tomará medidas, es decir, aún no las toma

En España, el Gobierno sigue abonado a la táctica ésta, ligeramente cansina, de fingir que anuncia medidas cuando lo que anuncia es que hará anuncios.

Sánchez abrió camino el lunes anunciando que tomará medidas, es decir, que aún no las toma, y por esa senda le han seguido, disciplinados, todos sus ministros. El salmo responsorial de esta semana es ‘bajaremos el precio de la luz y la gasolina’. Ahora, si se pregunta cuándo y cómo, se encuentra uno con esta no respuesta del ministro Bolañosayer en el programa de Julia.

El Gobierno sigue abonado a la táctica ésta, ligeramente cansina, de fingir que anuncia medidas cuando lo que anuncia es que hará anuncios

Está muy bien esto de hacer una lista de las opciones que tiene un gobierno. Para una clase teórica sobre gestión de la inflación seguro que sirve, pero ahora ya lo que se espera del gobierno no es que relate lo que podría hacer, sino que haga. De todas esas opciones, ¿a qué espera el Gobierno para escoger una? Ah, a estudiarlas. Y volverlas a estudiar.

La justificación de Sánchez

Del derecho, del revés, cuánto dejamos de ingresar, cuánto tenemos que subvencionar, qué nos sale más a cuenta, bajar los impuestos o darle al conductor una ayudita para que pueda seguir pagando la gasolina, y los impuestos que lleva dentro. Y Europa, claro, cómo sopla el viento en Europa. La justificación última de Sánchez para admitir que los precios se nos han ido de madre, y no de ahora, es esta de que necesitamos que la Comisión Europea nos dé la bendición para cambiar las cosas. O sea que tampoco va de un día. O de una semana.

Nos tiene entrenidos, mientras tanto, celebrando reuniones con todo el que se ofrezca a ser reunido. Para consensuar. Aunque luego no salga de ahí consenso alguno y entonces el Gobierno actúe por decreto, fiel a su costumbre más arraigada.

Podemos siguen en contra de aumentar el presupuesto de Defensa

Con Podemos, por cierto, se reúnen Bolaños, Calviño, Robles todas las semanas. Y hasta dos veces. En el Consejo de Ministros. Pero no han conseguido todavía que los morados y los yolandistas le compren a Sánchez la subida del presupuesto de Defensa. Y no será porque Bolaños no sea cortés en el planteamiento, señores y señoras.

Belarra, que sigue siendo ministra del Gobierno que prolonga el sufrimiento de los ucranianos (dice ella) y que fomenta las guerras (dice ella), sostiene que si algo enseña la guerra de Ucrania es que no necesitamos más tanques

No hay opción. O me lo aprueban o me lo aprueban. Este debate, de mantenerse en serio, llegará para finales de año. Esto de ahora son apenas escarceos. Y la ministra Belarra, que sigue siendo ministra del Gobierno que prolonga el sufrimiento de los ucranianos (dice ella) y que fomenta las guerras (dice ella), sostiene, a diferencia del PSOE, que si algo enseña la guerra de Ucrania es que no necesitamos más tanques.

La incoherencia máxima sigue siendo pertenecer a un Gobierno que hace exactamente lo contrario de lo que ellos defienden

Podemos, en esto, es coherente:no quiere armar a los ucranianos, porque para qué resistir a la invasión de Putin, y no quiere armar más a los españoles, porque la OTAN sólo sirve, según ellos, para generarle inseguridad al ruso.

La incoherencia máxima sigue siendo pertenecer a un Gobierno que hace exactamente lo contrario de lo que ellos, con tanta vehemencia, defienden.