¿Sabes cuál es el último peligro de la inteligencia artificial? Pues que te puede pasar como a Pedro Sánchez. Sí, mucho cuidado con ChatGPT y compañía. No sé si en Moncloa son muy de usar estos chatbots, pero agravaría el efecto búnker en el que se han metido desde que saltó el último escándalo de corrupción que deja muy tocado al partido y al Gobierno.
Supongamos, estoy dispuesta a suponer, que Pedro Sánchez no sabía nada. Que no sabía que el hombre en que más confió desde hace una década era un presunto corrupto y un putero, para esto último creo que no hace falta lo de presunto. Y que después de sustituirlo al frente del partido, cuando empezaron a salir los trapos sucios, le confía el partido y los pactos de gobierno a la mano derecha de su ex mano derecha.
Y vuelve a pasar lo mismo. Quién iba a imaginar que el íntimo amigo de los corruptos era corrupto. Sánchez, por lo visto, no.
Supongamos, hagamos el esfuerzo de suponer, que el presidente nunca supo nada de los hombres en los que más confiaba y está tan sorprendido como dice tras saltar el informe de la UCO, con los audios que muestran a sus dos, dos, ex secretarios de organización repartiéndose mordidas y mujeres prostituidas.
¿Cómo puede haber ignorado meses de indicios que apuntaban a que Santos Cerdán también estaba implicado en la trama Koldo-Abalos-Aldama?
Pues cuidado si usas inteligencia artificial. ChatGPT distorsiona la realidad de quienes lo usan a menudo. ¿Lo más peligroso? Da demasiado la razón. El último riesgo de la inteligencia artificial es que hace mucho la pelota, halaga demasiado. Te dice que eres más listo o más guapo de lo que eres. Se esfuerza por complacerte, valida tus dudas y alimenta tu ira. Como si fueras un presidente, un reyezuelo, incapaz de tener cerca gente que le lleve la contraria, de ver lo que está pasando en el mundo real.
Imagina estar gobernado por alguien así.
¿Moraleja?
Si de verdad Sánchez no se enteraba de lo que estaba pasando, su delirio de la realidad va aumentando.